Un segundo muerto en las manifestaciones en Turquía

Un joven herido de bala falleció el lunes en el sur del país durante una manifestación contra el gobierno islamista de Recep Tayyip Erdogan. Se trata de la segunda víctima fatal cuando se cumple este martes cinco días de protestas, originadas por la oposición a un proyecto urbanístico en Estambul, pero que cristalizó críticas al gobierno del AKP, acusado de autoritarismo y de ‘islamizar’ la sociedad. Un sindicato de funcionarios se declara en huelga.
  • RFI
  • 04-06-2013

Un joven herido de bala falleció el lunes en el sur del país durante una manifestación contra el gobierno islamista de Recep Tayyip Erdogan. Se trata de la segunda víctima fatal cuando se cumple este martes cinco días de protestas, originadas por la oposición a un proyecto urbanístico en Estambul, pero que cristalizó críticas al gobierno del AKP, acusado de autoritarismo y de ‘islamizar’ la sociedad. Un sindicato de funcionarios se declara en huelga.

Un hombre de 22 años murió este lunes tras ser alcanzado por una bala en una manifestación que se desarrollaba en el sur de Turquía, que vivía un cuarto día de protestas contra el gobierno dirigido por el primer ministro Recep Tayyip Erdogan, del partido islamista Justicia y Desarrollo (AKP).

Según el canal de televisión privado NTV, que citaba a autoridades de la provincia de Hatay, “Abdullah Comert resultó gravemente herido… por disparos efectuados por una persona no identificada”

Según un parlamentario del principal partido de la oposición, Hasan Akgol, citado por NTV, Abdullah Comert era miembro de la sección juvenil del Partido Republicano del Pueblo (CHP), la principal formación opositora, socialdemócrata y secular.

Con esta víctima ya son dos los muertos por las manifestaciones, luego de que en la noche del domingo muriera un joven atropellado por un automóvil que arremetió contra un grupo de personas que protestaban en Estambul.

El detonante de las manifestaciones fue un proyecto urbanístico en Estambul, pero con el paso del tiempo se sumaron a la protesta quienes fustigan a Erdogan por una conducta que juzgan autoritaria y hacen retroceder el laicismo, como la limitación del uso del alcohol, recientemente votado, o una mayor presencia de la religión en espacios que le estaban vedados.

Y en este quinto día de concentraciones, la poderosa Confederación de Sindicatos del Sector Público (KESK), que reivindica 240.000 afiliados, llamó a la huelga contra “el terror ejercido por el Estado”. La brutalidad de la represión “traduce la hostilidad contra la democracia” por parte del gobierno, indicó el sindicato en un comunicado.

Mientras tanto, el primer ministro Erdogan, quien se encuentra en Marruecos, denunció una manipulación de los manifestantes. “Al inicio, los problemas con los árboles (que serían derribados para construir un centro comercial) provocaron algunas protestas. Pero luego los manifestantes fueron controlados por personas que no han ganado las elecciones”, aseguró.

Por otro lado, Erdogan estimó que la situación “se está calmando”. “A mi retorno de esta visita, los problemas serán resueltos”, dijo.

Los analistas subrayan el contraste entre el firme tono de Erdogan y el conciliador empleado por el presidente turco, Abdulá Gul, quien llamó el lunes a los manifestantes a la calma.

“Democracia no significa únicamente (una victoria en) elecciones (…). Es natural expresar opiniones diferentes (…) con manifestaciones pacíficas”, declaró Gul a la prensa.





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