Clanes políticos: Doce apellidos que se repiten en estas elecciones

En las próximas elecciones parlamentarias, doce apellidos figuran en dos papeletas diferentes, doce parejas de parientes directos que postulan a un escaño. Lo cierto es que el Congreso chileno arrastra una larga historia de parentescos, que a juicio de los analistas experimenta un recambio con nuevos casos que empiezan a repetirse. Si bien es una práctica lícita, analistas apuntan a los partidos a la hora de decidir los candidatos.

En las próximas elecciones parlamentarias, doce apellidos figuran en dos papeletas diferentes, doce parejas de parientes directos que postulan a un escaño. Lo cierto es que el Congreso chileno arrastra una larga historia de parentescos, que a juicio de los analistas experimenta un recambio con nuevos casos que empiezan a repetirse. Si bien es una práctica lícita, analistas apuntan a los partidos a la hora de decidir los candidatos.

Las elecciones del próximo 17 de noviembre exhiben doce casos de parientes directos que postulan a dos cargos parlamentarios, un fenómeno conocido en la clase política del país que en estos comicios ofrece nuevos ejemplos, con apellidos como Golborne, Ossandón, Girardi o Sabag que suman a familiares directos en esta votación.

Esto ha sido reconocido por los historiadores como un patrón común en la historia de Chile, con casos insignes como Larraín, Errázuriz o Walker, apellido que hoy tiene a tres hermanos en el Congreso, tal como ocurrió con los Alessandri a mediados del siglo pasado. Un ejemplo claro es que hoy el Presidente de la República y el ministerio del Interior son primos. O bien, que la ministra de Educación, Carolina Schmidt, sea sobrina del senador de oposición, Andrés Zaldívar.

Lo cierto es que si ganaran en estas elecciones, en el Congreso veríamos seis casos de padre e hijo y cinco ejemplos de hermanos parlamentarios. Más específico, el Senado arriesga tener a doce senadores con parentesco, casi un tercio de los 38 escaños.

golborne

A juicio de Miguel Ángel López, cientista político de la Universidad de Chile, los ejemplos en estas elecciones exhiben a nuevos aspirantes a esta “dinastía política”, que es el momento donde un apellido se extiende con parientes consanguíneos.

“Están los padres en política, luego los hijos, nietos y hermanos. Una cosa complicada es cuando son familias ligadas por matrimonio, son parientes de partidos distintos. Se da un tejido de parentela en el Congreso, pero también en la política en general”, dijo.

El experto advierte que los vínculos contraídos por matrimonios suman una relación peligrosa para el sistema político. En esa línea se puede investigar la contratación de familiares, tal como apuntan nuevas leyes de transparencia y probidad, pero no limitar la postulación a cargos públicos.

López subrayó que “regular esto es complejo. Uno no puede evitar ese deseo en las personas, pero hay normas para evitar que en la administración pública un padre sea pariente de un hijo o un caso similar. En cargos de elección popular es difícil de limitar”.

A nivel normativo, en otros países existe un código de inhabilidades e incompatibilidades en el servicio público, a fin de proteger la probidad del Estado. Este documento no existe en Chile, pero prohíbe los parentescos directos en un gabinete, o bien, que la esposa de un ministro de Estado sea funcionaria de un canal estatal, como era el caso de Andrés Velasco y Consuelo Saavedra.

Considerando este punto, Felipe Heusser, presidente de Fundación Ciudadano Inteligente, indica que los vínculos familiares son permitidos, pero urge ahondar en la influencia a la hora que los partidos eligen a sus candidatos y cómo éstos pasan por encima de los representantes locales.

Heusser indicó que “el tema es bajo qué criterios los candidatos son nombrados. Si responden a la militancia y si reflejan los programas. No constituye un problema que ciertas familias se repitan, pero las alertas deben estar en los procesos de nombramiento de candidatos, en algunos casos pasando por encima de los nombres locales, pasando por encima de la democracia partidaria local”.

Son siete los ejemplos de la Alianza y cuatro en la Nueva Mayoría de políticos que suman a sus hermanos, hijos o sobrinos en estas elecciones. Incluso el senador independiente Carlos Bianchi suma a su hijo como candidato a diputado. Una tradición familiar que domina un amplio espectro político.

Padre e hijo
Juan Antonio Coloma e hijo (UDI)
Laurence e Ignacia Golborne (Independiente)
Antonio Horvath e hijo (RN)
Hosaín y Jorge Sabag (DC)
Eugenio y Romina Tuma (PPD) (y Diputado Joaquín Tuma, hermano de Eugenio)
Carlos y Karim Bianchi (Independiente)

Hermanos
Jacqueline y Enrique Van Rysselberghe (UDI)
Pablo y Mónica Zalaquett (UDI)
Manuel José y Ximena Ossandón (RN)
Ximena y Ricardo Rincón (DC)
Guido y Cristina Girardi (PPD)

Sobrinos
José Antonio y Felipe Kast (UDI e Independiente)





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