Fundación Defendamos la Ciudad emite su opinión en relación al derrumbe de 5 losas del edificio que está construyendo la empresa Cidepa en la esquina de las calles El Arcángel y Arturo Ureta, comuna de Vitacura. El colapso se produjo a las 19,00 hrs. del martes 12 de noviembre, afortunadamente cuando los trabajadores ya se habían retirado y el día miércoles 13 en la mañana la Seremi de Salud prohibió perentoriamente el ingreso al sitio del suceso y enseguida la Dirección de Obras Municipales paralizó las faenas, ¡era qué no!
Patricio Herman comentó al respecto : “en razón a que TVN, minutos después del colapso estaba informando en pantalla, las autoridades municipales debieron haberse hecho presente inmediatamente en el lugar adoptando las medidas de seguridad para prevenir cualquier otro derrumbe. Desde hace muchos años existe en Chile lo que se llama autorregulación en el mercado de la construcción y por ello el aparato del Estado no ejerce ni control ni fiscalización en las obras después de que se hayan emitido los permisos de edificación y solo se contempla un trámite de recepción final que imparte la Dirección de Obras. En este caso el responsable mayor es el inspector técnico de obras (ito), teniéndose en cuenta la calidad y cantidad de los materiales utilizados y los cálculos del ingeniero de estructuras. Nos llaman la atención los dichos de algunos profesionales quienes afirman que se habrían retirado antes de tiempo las alzaprimas que soportan las losas y si ello fue así es porque habría un interés comercial en terminar antes de tiempo la construcción para incorporar sus departamentos a la oferta en el mercado inmobiliario.
Descartamos errores por parte del ingeniero del cálculo estructural porque estos profesionales son excesivamente rigurosos y la investigación se debería centrar en la labor práctica del ito, cuyo nombre a esta fecha no se conoce, y en tal sentido éste debería explicar si recibió algunas presiones para acelerar el proceso constructivo del edificio lo que, por un mal entendido corporativismo, posiblemente no reconocerá, ya que está en juego su fuente laboral. Tenemos la impresión que la Cámara de la Construcción, después de las indagatorias de rigor, informará que el derrumbe es consecuencia de un hecho fortuito derivado de una imperceptible falla local en las losas y que esta experiencia servirá para hacer más efectivos los autocontroles de las empresas.
Demostrativo del espíritu en boga, en cuanto a hacer más expeditos estos negocios, se observa con la reciente publicación (05/11/13) de la Ley 20.703 llamada de la Calidad de la Construcción, en donde se establecen apremios a los Directores de Obras para que cursen rápidamente las solicitudes de permisos de edificación”.