Las denuncias de los dirigentes portuarios, acusando intransigencia de los empresarios y de autoridades de Gobierno, así como el abuso de poder de la fuerza pública, en beneficio de los intereses privados, se mantienen.
Sin embargo, luego de diversas reuniones los trabajadores portuarios confirmaron la posibilidad de logran algún acercamiento con el Gobierno para acercar posiciones y conseguir respuesta a sus demandas, esto sin declinar en sus movilizaciones, como han señalado, por ejemplo, en el Biobío.
El presidente del Sindicato de Trabajadores Embaladores de Talcahuano, Moisés Cid, manifestó su optimismo de instalar mesas de discusión, rechazando la idea de una paralización indefinida: “Acordamos continuar con la paralización hasta mañana. Hay una reunión con dirigentes en San Antonio, y en la tarde con el Gobierno. Ya se generó un espacio para que se siente a conversar Mejillones, y plantearle al Ejecutivo una reunión para ver otros temas. De lo contrario, se abre una paralización definitiva que no es buena para nosotros ni para el país”.
No obstante, desde San Antonio, los acuerdos alcanzados por los dirigentes de la Unión Portuaria de Chile establecieron que la postura que prevalecerá, ante cualquier negociación, será precisamente la de esta ciudad.
Por ello, para aunar las posiciones, los dirigentes programaron una reunión de alcance nacional, tal como lo explicó Joan Parra, vicepresidente de la Federación de Trabajadores Portuarios de Iquique (Fetrapi) y vocero de la Unión Portuaria de Chile, quien señaló que “se llegó a acuerdo de que la Unión Portuaria se alinea en la postura de San Antonio, esa negociación es la que prevalece y que el Gobierno se haga responsable con la deuda. Mañana tenemos reuniones todos los dirigentes nacionales”.
Luego de la reunión que convocó a diversos representantes del sector privado, como la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) y la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), entre otras, desde la Sociedad Nacional de Agricultura aseguraron que las pérdidas alcanzan los 2,5 millones de cajas con frutas, con 65 millones de dólares en pérdidas.
Precisamente su presidente, Patricio Crespo, se refirió a las consecuencias negativas de las paralizaciones portuarias, destacando que en muchos casos se han interrumpido los procesos de cosecha, lo que está significando el despido de trabajadores en el ámbito agrícola.
“Es un país donde se puede negociar y confiar. En la medida que lesionas esa credibilidad, hay un intangible que tendrá efectos en el mercado. Se están parando cosechas porque no hay espacio para más fruta. Si no tienes cómo sacar la fruta, te llenas de unidad productiva y retrasas la cosecha”, dijo.
Al cierre de este informe, se mantenían reunidos en La Moneda autoridades de gobierno para analizar la situación de los distintos puertos paralizados en el país.