El informe de 31 páginas – comisionado por Catar, país que apoya a la rebelión siria- se basa en el testimonio y las fotografías tomadas por un desertor del régimen, cuyo nombre no fue citado por razones de seguridad.
La publicación de este texto coincide con el inicio de la conferencia Ginebra II destinada a encontrar una solución al conflicto sirio, que ha dejado más de 100.000 muertos en casi tres años.
Signos de estrangulamiento y electrocución
En el informe se detalla que los presos murieron cuando estaban en cautiverio. Algunos de ellos presentaban signos de estrangulamiento y de electrocución, otros de desnutrición aguda.
Las imágenes “dan cuenta del asesinato sistemático de detenidos por hambre y torturas. Se ven ojos arrancados, gente horriblemente golpeada, cuerpos mutilados, son imágenes terribles”, dijo a la uno de los tres autores del informe.
El texto fue redactado por el exfiscal especial para Sierra Leona, Desmond de Silva; el exfiscal del caso del expresidente yugoslavo Slobodan Milosevic; y David Crane, que inculpó al presidente liberiano Charles Taylor.
“Pruebas directas de lo que sucedió a las personas desaparecidas”
Los autores del informe consideraron creíbles al testigo y sus pruebas después de someterlos a “un examen riguroso”, y pusieron el resultado de su trabajo a disposición de la ONU, gobiernos y organizaciones de defensa de los derechos humanos.
“Ahora tenemos pruebas directas de lo que sucedió a las personas que desaparecieron”, comentó David Crane.
El secretario de Relaciones Exteriores británico, William Hague, dio crédito al informe afirmando que “ofrece nuevas pruebas de la violencia y brutalidad sistemáticas perpetradas contra el pueblo de Siria por el régimen de Asad”.
La ONU y organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch ya habían informado de que el régimen sirio y, en menor medida, los rebeldes cometían torturas y abusos.