Un registro en detalle de la destrucción de cráneos de animales presenta Aymara Zegers-Anouilh (Suiza, 1984) en la exhibición Del cuerpo no podemos caer.
La artista presenta dos registros de video en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) del Parque Forestal que, en alta definición y en cámara lenta, dan cuenta de la explosión de estas calaveras sobre una superficie desértica en Chile.
Este trabajo tiene su origen en una visita de la artista a una ceremonia fúnebre en Nepal. Al final de la cremación, la artista escuchó una fuerte explosión. Se trataba del estallido del cráneo de la persona fallecida. Del cuerpo no podemos caer intenta evocar esa experiencia a través de la explosión de calaveras como metáfora de las decisiones que se toman sobre los cuerpos.
Más allá de la violencia de la acción, esta obra presenta una doble lectura respecto de los restos óseos. Primero, la destrucción de huesos como acción escultórica, que modifica la composición física de este objeto. Segundo, las osamentas como medida del tiempo, considerando que los huesos son el último rastro que queda tras la descomposición del cuerpo. La expresión facial queda reducida, en última instancia, a una calavera.
“En este trabajo reflexiono sobre la desaparición total del cuerpo: lo que vive, lo que muere, lo que se pudre, lo que se demuele”, dice Zegers-Anouilh. “Todo cuerpo actúa como espejo, como objeto re-encontrado. Podemos leernos en ellos porque somos corpóreos. Los cuerpos coinciden y por eso sabemos qué hacerle a otro cuerpo”.
La artista reconoce en esta obra la influencia del documental Nostalgia de la luz (2010), de Patricio Guzmán, al cargar las osamentas con una poética que les da un valor tanto histórico como cósmico. Tal como presenta el filme, el calcio de los huesos es el mismo que forma las estrellas, por lo que se puede considerar que los restos óseos son tan antiguos como el Big Bang.
También Guzmán muestra a las mujeres de Calama, que hasta hoy buscan en el desierto los restos de detenidos desaparecidos, movidas por el convencimiento de que la falta de humedad del lugar preserva aún los restos óseos. En una superficie desértica similar, Zegers-Anouilh produce sus estallidos.
Esta exhibición se presentó por primera vez en Factoría Italia (2013), financiada por el público a través de crowdfunding.
Del cuerpo no podemos caer se puede visitar hasta el 7 de septiembre en el MAC del Parque Forestal.