El viernes pasado, en La Paz, Bolivia, un grupo de chilenos en representación de organizaciones sociales, académicos, intelectuales y miles de chilenos, llegaron hasta el Palacio Presidencial para entregar a Evo Morales una carta en la que adherían a una salida al mar con soberanía para Bolivia. La carta coincidió con el video del Gobierno chileno en el que presenta sus puntos de vista sobre el tema.
Sergio Grez, académico e historiador de la Universidad de Chile, y uno de los chilenos en Bolivia conversó con Radio Universidad de Chile sobre su visita y apoyo a la demanda marítima del país.
¿Qué paralelo podemos hacer entre la carta y el video?
Hay una gran diferencia, el video es la posición del Estado de Chile. No solo del Gobierno, sino que hay una continuidad histórica, por lo tanto, es una voz oficial estatal. En cambio, esta iniciativa es ciudadana, de la sociedad civil que, por ende, no recibe la misma atención de los medios de comunicación.
En el contexto de las próximas elecciones presidenciales en Bolivia, ¿Cómo cree que fue recibida la carta y de qué modo se inserta en el presente de Bolivia?
Esta carta ha sido bien recibida por las autoridades bolivianas, el Presidente Evo Morales en particular. Se inserta en una línea de acción del Mandatario que tiene que ver no solo en la relación estado-estado, sino que su relación con los movimientos sociales. La fuerza gobernante se autodefine como un instrumento de los movimientos sociales. Eso tiene su prolongación a nivel internacional, puesto que el MAS, el partido político del Presidente, ha tratado de desarrollar una relación con movimientos sociales de otros países de Latinoamérica. Por lo tanto, esta iniciativa de la sociedad chilena se articula muy armoniosamente con esa línea de acción.
La carta plantea salida al mar con soberanía. El video, en tanto, separa los dos conceptos señalando que Bolivia tiene salida al mar por puertos chilenos, mientras que el tema de soberanía fue resuelto en el tratado de 1904 ¿Por qué la posición de ustedes tendría más validez que la del Gobierno chileno?
Me parece que los últimos gobiernos chilenos no entienden cuestiones fundamentales. Incluso, podría decirse que su nivel de comprensión del trauma que significa para el pueblo boliviano la no salida al mar es tremendo, es un problema político y emocional muy grande. No solo es un tema económico.
Yo diría que el nivel de comprensión de nuestros gobernantes a partir de 1990, es inferior incluso al del dictador Pinochet, que intentó una solución negociada con el dictador boliviano Hugo Banzer, que acordaba una salida soberana al mar para Bolivia. Ya sabemos que eso salió mal, no tuvo un desarrollo favorable, pero indicaba un cierto realismo político por parte del Estado de Chile y no esta negativa absoluta a reconocer el problema. Insisto, esto no tiene que ver solo con política, sino con emociones, identidades y un sentimiento de despojo. Por ello me parece que la posición oficial de Chile es irrealista, porque consiste en decir que no hay problemas, pero basta que una de las partes sienta que hay problema para que, efectivamente, haya un problema. Por todo esto, la posición chilena es querer tapar el sol con un dedo.
¿El tema no se va a resolver nunca hasta que haya una salida boliviana soberana al mar?
Yo creo que así es. El pueblo boliviano, independientemente de cuales sean sus gobiernos de turno, va a seguir alentando el anhelo de recuperar, al menos una parte, de su salida al mar. Esto es una salida al mar con plena soberanía. Para los bolivianos es una reivindicación irrenunciable, de manera tal que cualquiera sean los avatares de la vida política en Chile o Bolivia, este problema va a seguir estando presente.
De manera tal que, lo que hacen las autoridades chilenas, es “chutear” un problema que lo único que va a hacer es agravarlo.
¿Qué podríamos decir sobre las próximas elecciones? Además de la gran ventaja de Evo Morales, sobre la experiencia un poco distinta a las de la izquierda latinoamericana, por ejemplo, en la relación entre los movimientos sociales y el partido político, el MAS en este caso.
Sin ser especialista en el tema podría decir que se ve que hay una concepción distinta del partido político. Esta no es la vanguardia esclarecida que se sobrepone a los movimientos y los dirige, prácticamente, desde afuera, sino un instrumento de los movimientos sociales.
Hay que señalar que la relación entre ellos es siempre compleja. Los partidos políticos, cualquiera que ellos sean, incluyendo el MAS, no son un calco de los movimientos sociales, pero pareciera ser que en Bolivia esta relación se da de una manera armoniosa. Probablemente esta es una de las razones del éxito del MAS y de Evo Morales. Esta es una elección poco competitiva porque la distancia entre Morales y su contendor es de varias decenas de puntos, algo insólito en el mundo. Tal vez esta ventaja reside en que el MAS es la expresión de los más importantes y sólidos movimientos sociales bolivanos.