En entrevista con Radio Universidad de Chile, la senadora de Amplitud, Lily Pérez, se refirió a las consecuencias del caso Penta.
Sobre el modo en la UDI ha reaccionado como partido, la parlamentaria aludió a las responsabilidades individuales: “haber arrastrado a un partido entero a una estrategia de señalar una cosa más institucional, probablemente no fue un acierto. No fue un acierto el cómo la UDI se manejó este tema”.
Una de las cosas que se han dicho a propósito del caso Penta es un sesgo en el financiamiento de la política, no solo respecto de un sector político, sino dentro de la misma derecha en favor de la UDI y en perjuicio de otros sectores, ¿usted como parlamentaria del sector cómo ha vivido esta situación?
Más que un sesgo de andar buscando financiamiento, es bien evidente el cómo hemos tenido que enfrentarnos en campañas a candidatos con amplios aparatajes. Entonces, te enfrentas a candidatos con empresas, lo que convierte la competencia en desigual. Me imagino que varios otros también lo vivieron.
Creo que este caso es una tremenda oportunidad, en primer lugar para la UDI, para esa gente que está en la política por una cosa de vocación. Creemos que por el bien del país, del Parlamento, de la justicia, la política tiene que hacer su parte. El Congreso y los parlamentarios tenemos un rol y algo súper importante que hacer ahora: cambiar el binominal, esto está tremendamente relacionado con cambiar esta inercia que nos ha llevado a tener una mentalidad binominal, donde dos bloques deciden todo. No hay matices en la política, sino blancos y negros, lo que no permite que los partidos emergentes, movimientos o la ciudadanía se expresen. También está vinculado con el modelo de financiamiento, donde algunos no han cortado el vínculo con las empresas, que en este caso es irregular, pero más allá de eso, hay gente que normalmente acude a las empresas a buscar financiamiento. Ese cordón debe ser erradicado de la práctica política. Por eso esta es una oportunidad de hacerlo, para mejorar nuestra democracia.
¿Por qué cree que el empresariado chileno tiene una predilección tan evidente por un sector político, por un partido incluso?
Yo creo que es más transversal. Creo que hay personas que sirven a intereses y que no solo están focalizados en un sector político. Tampoco son todos los empresarios, hay muchos a los que les interesa el caminar del país y que no intervienen en política. Lo que sí creo es que ha habido un vínculo fuerte de un grupo económico, acá, en este caso es Penta, con un grupo al interior de un partido político (no podemos decir que es todo el partido). Por eso, ésta es una tremenda posibilidad. Hoy votamos el Binominal, se va a votar una legislación de financiamiento a las campañas. Esto es una gran prueba de fuego para sectores de la Alianza, para que les permita demostrar desvinculación de los grupos económicos, ya que muchas veces les han dicho que representan intereses que no son de la gente.
En el caso Penta hay involucrados parlamentarios que tienen periodos de ocho años que están recién comenzando. La ley no contempla un mecanismo de reversión ciudadano del mandato ¿usted estima que una de las maneras de asumir la responsabilidad política por lo ya conocido es que esos parlamentarios renuncien a continuar en sus cargos?
Es una pregunta muy difícil de contestar, porque cada uno tiene conciencias diferentes. Probablemente algunos creen que sí tienen una gran responsabilidad en los hechos y otros que no. Por eso yo creo que esto tiene que ser una oportunidad para que nosotros establezcamos como causal para pérdida del cargo parlamentario, o cualquier candidato, que una vez ejerciendo sus funciones se compruebe por los tribunales que tiene que ser destituido. Aunque todo indica que estas son causas difíciles en la legislación actual, por lo que creo que debiera ser una norma dentro de la ley de los partidos políticos.
Pero esto no es solamente la parte judicial, o la responsabilidad que una persona pueda tener en los tribunales, porque eso lo tienen que definir en la justicia. Si hay hay algo que en lo personal me vulnera como ciudadana y senadora es la mentira. Sobre todo porque cuando uno asume un cargo, se compromete con uno mismo y con el país a defender las normas, la ley, la Constitución, y eso tiene que ver mucho más que con la ley: tiene que ver con la ética, más que con la norma.