“A la vista de toda la información generada en el caso de carácter histórico, arqueológico y antropológico, es posible considerar que entre los fragmentos de la reducción localizada en el suelo de cripta de la actual iglesia de las Trinitarias se encuentran algunos pertenecientes a Miguel de Cervantes”, afirmó este martes el antropólogo Francisco Etxeberría, coordinador del equipo multidisciplinar encargado de identificar los restos.
Los científicos analizaron los fragmentos encontrados un año atrás en la cripta de un convento de Madrid. A partir de estos elementos, los expertos se inclinan por la hipótesis de una confirmación de que se trata del autor de Don Quijote de la Mancha.
“Son muchas las coincidencias y no hay discrepancias”, subrayó Etxeberría, quien sin embargo admitió que no pudieron encontrar indicios de las heridas sufridas por el escritor en la batalla de Lepanto.
“No hemos podido verificar esa circunstancia porque el nivel de conservación del hueso no lo ha permitido, no hemos podido descubrir ningún síntoma de patología traumática”, explicó el antropólogo.
“No podemos hacer una verificación matemática, no tenemos la certeza absoluta. Somos prudentes y estamos ilusionados”, aseveró Etxeberría. “Estamos convencidos de que entre esos fragmentos tenemos algo de Cervantes”, recalcó.
“Las coincidencias y las no discrepancias de la articulación de los elementos de carácter histórico, antropológico y arqueológico nos llevan a considerar que ahí estaría Cervantes en términos razonables”, resumió.
La opción de una individualización por ADN fue descartada por los expertos, quienes consideraron que aunque hubiese material genético aprovechable para un examen, tendría que ser cotejado con descendientes demasiado lejanos –doce generaciones- del hermano de Cervantes.
Las expectativas de dar con los restos del genial escritor empezaron el 25 de enero, cuando se supo que los investigadores que buscaban a Cervantes dieron con un féretro en el convento de las Trinitarias que llevaba marcadas las iniciales M.C.