Batallones femeninos kurdos: Entre el cielo y el infierno

Numerosas imágenes de mujeres combatientes han circulado en los últimos días a través de las redes sociales. Se trata de los batallones femeninos de la revolución kurda en medio oriente, haciendo frente a los milicianos del Estado Islámico ¿Quiénes son estas mujeres? ¿Qué las lleva a dejar sus hogares y unirse a la guerrilla?

Numerosas imágenes de mujeres combatientes han circulado en los últimos días a través de las redes sociales. Se trata de los batallones femeninos de la revolución kurda en medio oriente, haciendo frente a los milicianos del Estado Islámico ¿Quiénes son estas mujeres? ¿Qué las lleva a dejar sus hogares y unirse a la guerrilla?

Chichek y las hermanas kurdas

“Una chica tiene que ocuparse de las tareas del hogar y hacer todo lo que le dicen sus padres. Luego la casan. Una vez casada hace todo lo que le dice el marido, se convierte en su esclava. Pero cuando vienes a los batallones, a la revolución, comienzas a ser tu misma”.

Estas son palabras de Chichek, joven de 17 años, integrante de los ejércitos femeninos de la Revolución Kurda quien afirma que su madre “nunca la quiso”, porque cuando ella iba al colegio ya querían casarla a cambio de algunos pocos bienes. “Yo me negué y me fui de casa”, añadió en el reciente documental de RT, canal de televisión ruso, que ha circulado profusamente en las redes sociales en Chile.

En los años 70 el pueblo kurdo, formado por habitantes de los actuales territorios de Turquía, Irak, Irán, Siria y Armenia, comenzó un proceso de liberación. A la recuperación de su tierra, el Kurdistán, sumaron el enfrentamiento contra los regímenes teocráticos y se les declaró la Guerra Santa.

En sus enclaves y sus cantones conformaron una sociedad estrictamente paritaria, donde las autoridades son siempre pares masculino y femenino, dado que se reconoce el rol de las mujeres, las que, desde la formación del Partido de los Trabajadores, incorporaron a las banderas de lucha la necesidad de hacer frente al machismo.

Hoy, frente la intervención en el norte de Siria, se organizan en autodefensa, enfrentándose cuerpo a cuerpo al Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) y son vistas como “el arma definitiva”, cuando según las creencias de los yihadistas sunitas de ISIS, van al infierno si son muertos por las manos de una mujer.

Así lo señalan con orgullo las revolucionarias kurdas a través de distintos videos en YouTube o redes sociales. Una de ellas, mostrando su rostro, pero manteniendo su nombre en el anonimato, quiso enviar un mensaje a las mujeres del mundo:

“Tomamos nuestras armas y llegamos al frente para luchar contra el Estado Islámico, nuestro enemigo. Temen nuestras armas, nuestra fuerza les sorprende. La vida aquí no es ordinaria, no hay mentiras, ni la traición y la hipocresía que uno encuentra en la vida normal.

Aquí se encuentra la verdadera amistad. Queremos que todo el mundo sepa que, cuando se trata de defender a su país, la mujer no es diferente al hombre. Pedimos a las mujeres del mundo que no se subestimen y que crean que son capaces de lograr cualquier cosa”.

La guerrilla contra la opresión

En conversación con Radio Universidad de Chile, el antropólogo kurdo Mehmet Dogan indicó que la mujer en Medio Oriente no es más que un objeto y que al dejar su casa crea un mito como guerrillera, como “liberadora de los pueblos”. Así, dijo, “están ganando su libertad en una sociedad en que domina el islamismo y el fanatismo religioso”, y añadió que también son un referente para el resto del mundo.

En cuanto a ISIS, afirmó que es un producto de los países dominantes, de las potencias mundiales y explicó que la revolución kurda también le hace frente al Estado nacional capitalista, a los Estados Unidos y la Unión Europea, que han intervenido “descaradamente” en la zona.

Así, dijo Dogan, la revolución se enfrenta a la dominación de las minorías económicas sobre clases trabajadoras, a la imposición por parte de un grupo étnico sobre la ciudadanía, al poder del patriarca sobre la mujer, al productivismo capitalista y consumista que mata a la Madre Tierra. En síntesis, para el especialista, “la lucha es contra toda forma de opresión de una fuerza hegemónica”.

El también periodista y documentalista explicó que se tomó como ejemplo a Vietnam y la guerrilla del Che Guevara, y que el Modelo Confederado entre los Pueblos que quieren aplicar es muy similar a la idea de los estados plurinacionales que se conforman en la región. Por lo mismo hay Comités de Solidaridad en Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela y Uruguay, sostuvo el también vocero de estos comités en América Latina, y que hoy se está formando uno en Chile.

Para la socióloga María Emilia Tijoux las mujeres kurdas están planteando un lugar de resistencia interesante y complejo, ya que el ideal de la liberación las saca de un universo individual y las enfrenta a uno colectivo, donde se asume la incertidumbre del futuro y donde arriesgan perder la vida. Sin embargo, se ven felices, sonrientes. “Aquí el cielo y el infierno se invierten”, afirmó.

La académica de la Universidad de Chile añadió que la decisión de estas mujeres de liberarse de la brutalidad a la que están sometidas y entrar en estos batallones es una resistencia política, que, “aunque no sea siempre consciente, las coloca en un sitial especial, las empodera y las potencia”.

María Emilia Tijoux indicó que el que hayan aparecido tanto en las redes sociales, que se esté propagando con tanta fuerza su mensaje, las coloca en un lugar del feminismo y obliga a sociedades como la nuestra, regida por la opresión naturalizada del catolicismo, a revisarse a sí mismas.





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