En los debates que ha realizado el Partido Republicano, el millonario y nuevo político Donald Trump ha logrado situarse por encima de los diez candidatos del partido conservador estadounidense, que apuestan por ganar las primarias y estampar su nombre para las elecciones presidenciales de noviembre de 2016.
Trump ha llegado con un lenguaje muy agresivo, incluso contra figuras de su propio partido, y se ha destacado por su crítica postura hacia los migrantes, lo que le ha valido ser tildado de xenófobo y racista.
Sin embargo, para el doctor en Estudios Americanos del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago Fernando Estenssoro, Trump no ha dicho nada alejado de la visión general republicana, pero sí ha descolocado por su afinidad a la política del reallity show.
En esa línea, indicó que Trump se ha convertido en un problema para su propio sector. “El temor que tienen los republicanos es que si Trump va por fuera, el candidato demócrata tiene muchas posibilidades de ganar, porque Trump le va a quitar votos a los republicanos, no a los demócratas”. Además, afirmó que el problema es interno, pues no encuentran como domarlo.
El director del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, Walter Sánchez, manifestó que “el fenómeno Trump representa una especie de imaginario reprimido después del 11 de septiembre” y que es una muestra “del decaimiento de la política en Estados Unidos y del desgaste de partidos”.
Pese a esto, desacreditó la aspiración que ha demostrado el millonario de competir por las presidenciales por fuera de las primarias. “En el sistema político norteamericano hay una serie de filtros bastante bien probados. Es muy difícil que llegue una especie de estrella solitaria a participar en las contiendas finales. Es una suerte de sistema colegiado de gobierno que permite filtrar muy bien a los candidatos. Y una salida ´por fuera’, que es posible en otros sistemas electorales, aquí es casi imposible”, explicó.
Por otro lado, está la contendora demócrata Hillary Clinton, quien parece no tener rival dentro de su propio sector, aunque aún es temprano para descartar que pueda aparecer otro candidato.
Hillary sin duda está capitalizando la pérdida de votos que Trump implica para el Partido Republicano y está tan segura de su posición que ha comenzado a desmarcarse de las medidas poco populares que pueda adoptar Barack Obama, buscando dejar de estar a la sombra del actual mandatario y del ex presidente Bill Clinton.
Pese a esto, Miguel Navarro, de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (Anepe), advirtió que la jugada de Hillary Clinton es peligrosa. “Que vaya corriendo prácticamente sola no necesariamente es una buena estrategia en política, porque le quita dinamismo a la campaña previa. Esto porque las primarias tienen varios méritos. Entre otras cosas está este dinamismo, cuya falta se tiende a resentir en las campañas definitivas”.
Los analistas coinciden en que la ex secretaria de Estado cuenta con la experiencia necesaria para conducir la política internacional y que ha apoyado el multilateralismo de Obama, por lo que no habría grandes cambios en la materia.
Por otro lado, señalan que un candidato como Trump plantea un escenario distinto, donde se podría volver al unilateralismo estadounidense, es decir, a una concepción más maniquea y agresiva de la política exterior.