No bien se conoció la decisión de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de hacer públicos los informes arbitrales de los campeonatos chilenos, se comenzaron a revelar una serie de hechos curiosos y que muestran otra cara del balompie nacional.
Porque pese a los esfuerzos que se han hecho durante los últimos años por mostrar un fútbol desarrollado, moderno y acorde a los nuevos tiempos, lo cierto es que dichos informes revelan que hay sucesos que están más cerca del deporte amateur que de una actividad profesional.
El caso más llamativo es el que se dio el pasado sábado 3 de marzo en el estadio Roberto Bravo Santibáñez de la comuna de Melipilla. En dicho recinto jugaron el equipo local y Magallanes por el campeonato de Primera B.
El informe arbitral de dicho encuentro que terminó igualado a 2 tantos, consignó que “el camarín del equipo visitante y el camarín de los árbitros no contaba con agua caliente en sus duchas”. Una situación más cercana al fútbol de los años 70 u 80 que al balompié actual marcado por los millones.
Otro hecho se registró el pasado 18 de febrero en el estadio Santa Laura, que hoy está en tela de juicio por el proyecto que pretende instalar un centro comercial y dos torres de edificios en su interior.
En el partido que jugaban Unión Española y Deportes Antofagasta, el informe del árbitro Héctor Gamboa consignó que “en el minuto 20 producto de una falta de un adversario, el portero Pablo Garcés de Antofagasta sale lesionado con una herida sangrante (fue sustituido). Posteriormente en el minuto 34 detengo el juego para hacer ingresar la ambulancia, esta no pudo ingresar por lo estrecho de los portones. Por ende, el jugador fue trasladado en camilla 60 metros hacia donde se encontraba la ambulancia”.
Esta situación, que puede parecer anécdotica, es compleja considerando los casos de desvanecimiento de jugadores en el campo de juego, donde cada segundo puede ser vital para salvar la vida del deportista.
Insultos al por mayor
Sabido es que durante los partidos de fútbol el uso correcto del castellano suele ser sobrepasado por la coprolalia y el abuso del garabato. Así lo reflejan los informes arbitrales los cuales dan cuenta de los insultos de los cuales son víctimas los referís del fútbol profesional chileno.
Por ejemplo, en el partido jugado el sábado 3 de febrero entre Deportes Copiapó y Coquimbo Unido, el informe del árbitro Rodrigo Carvajal señala que “el señor Jorge Espinace, preparador de arqueros de Coquimbo Unido, es expulsado por insultar al cuarto árbitro, ‘soy cagón culiado’, le dice”.
Ese mismo fin de semana, en el partido entre Barnechea y Santiago Morning, el juez, Fernando Véjar, consignó que “al minuto 66 el señor Cristián Muñóz reclamó de forma airada gritando a viva voz: ‘soy como el pico hueon malo, me da lo mismo la cagá de informe, soy como el pico’ (sic)”.
Asimismo, el pasado 4 de marzo, durante el encuentro entre Cobresal y Ñublense, el árbitro Nicolás Gamboa escribió en su informe que el preparador de arqueros de Ñublense, Anibal Pinto, “de forma intencionada se retira por detrás del arco norte procediendo a insultarme, diciendo textual: ‘eres un weon malo, cobras puras weas”.