Kamala Harris había causado revuelo en el primer debate entre los candidatos demócratas, al enfrentarse con entusiasmo a Joe Biden y relatar la discriminación que había experimentado de niña. Hasta superó el 10% de las intenciones de voto. Pero esta gloria fue efímera.
La senadora de California finalmente renunció por no tener los recursos financieros necesarios para continuar: “No soy multimillonaria, no puedo financiar mi propia campaña“, afirmó.
“No puedo decirles, a ustedes mis partidarios y voluntarios, que tengo un camino por delante si no creo que lo tengo. Pues, a ustedes mis partidarios, es con profundo pesar –pero también con profunda gratitud– que digo que suspendo mi campaña hoy“, agregó.
“Creo que es una mujer fuerte”
Judy, una activista demócrata de California, lamenta esta decisión: “Es muy triste, y me sorprende decirlo porque no soy partidaria de Kamala Harris. Pero mi tristeza viene del hecho de que es una mujer menos en la carrera. Y antes de morir, me gustaría ver a una mujer convertirse en presidente. Una mujer de color, además”.
Sin embargo, para ella “todo esto es una mera historia de dinero. Mire a Bloomberg que acaba de entrar en la carrera. Gastó 37 millones de dólares en una semana. ¡Es tanto como lo hizo ella en ocho meses de campaña! Y eso me irrita. Así que mi corazón está con ella. Pero creo que es una mujer fuerte. No ha dicho su última palabra. Y quién sabe… podría ser una buena vicepresidenta o ministra de Justicia”.
Kamala Harris se dice decidida a seguir participando en la campaña demócrata, continuar su lucha por la justicia y hacer todo lo posible para evitar la reelección de Donald Trump. La ex fiscal de California renuncia a la Casa Blanca esta vez, pero no ha terminado con la política. Joe Biden, quien lidera las encuestas en las filas demócratas, le rindió un fuerte homenaje.