Rusia frente al fantasma de una exclusión de los Juegos Olímpicos

Si el comité ejecutivo de la AMA sigue las recomendaciones de su Comité de Revisión de la Conformidad, al país le espera un verdadero aislamiento del deporte internacional.
  • RFI
  • 07-12-2019

Si el comité ejecutivo de la AMA sigue las recomendaciones de su Comité de Revisión de la Conformidad, al país le espera un verdadero aislamiento del deporte internacional.

¿Ondeará la bandera rusa en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y de Pekín 2022? La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) debe decidir el lunes si aplica las sanciones más duras de su historia, para castigar a Moscú por haber persistido en la trampa falsificando datos que le había reclamado.

Ninguna bandera, himno o símbolo oficial ruso en los Juegos Olímpicos o en todo campeonato mundial durante cuatro años, prohibición de albergar estas competiciones en su territorio, selecciones de deportistas “neutros”: si el comité ejecutivo de la AMA, que se reúne en Lausana, sigue las recomendaciones de su Comité de Revisión de la Conformidad (CRC) y combina la suspensión de la agencia antidopaje Rusada con sanciones similares, a Rusia le espera un verdadero aislamiento del deporte internacional. Pero podrá apelar ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), que probablemente tendrá la última palabra.

Esa temporada en el purgatorio supondría el enésimo episodio de una saga que empezó hace cinco años, con las primeras revelaciones de un sistema de dopaje institucional, dirigido entre 2011 y 2015 desde el Ministerio de Deportes y con la participación directa del servicio secreto FSB, según varios informes de investigación.

La entrega de miles de datos brutos de controles, almacenados en los servidores del antiguo laboratorio de Moscú, bajo la vigilancia del poderoso Comité de Investigación de Rusia, era efectivamente una condición estricta impuesta por la AMA para levantar, a finales de 2018, la suspensión anterior de la agencia Rusada.

La instancia mundial antidopaje esperaba de esta manera sacar a la luz controles positivos que no tuvieron consecuencias, abrir procesos disciplinarios contra deportistas y cerrar el caso de una vez por todas.

Pero los expertos informáticos enviados por la AMA descubrieron que “cientos” de resultados sospechosos habían sido borrados, algunos entre diciembre de 2018 y enero de 2019, justo antes de la entrega de los datos.

“Socio importante”

Esta nueva acusación y la persistencia del problema ruso podrían convencer a una mayoría de los doce miembros del comité ejecutivo de la AMA de emplear la mano dura y de seguir al CRC palabra por palabra. Aunque la AMA también podría ignorar la recomendación del CRC.

Bajo el impulso de Vladimir Putin, Rusia ha hecho del deporte un escaparate diplomático, acogiendo los Juegos Olímpicos de invierno en 2014 en Sochi o el Mundial de Fútbol en 2018.

Y si bien el escándalo de dopaje ha mermado su prestigio, el país sigue siendo un “socio importante” de las federaciones internacionales, acogiendo muchas competiciones poco rentables, explica anónimamente un actor europeo del antidopaje. No obstante, el comité ejecutivo de la AMA está constituido por una mitad de representantes del movimiento olímpico y de otra mitad de representantes de los Estados.

“Creo que esta vez el COI está harto, Rusia ha ido demasiado lejos”, pronostica sin embargo uno de sus miembros históricos, el abogado canadiense Richard Pound, quien fuera el primer presidente de la AMA (1999-2007). En su opinión, las sanciones son equilibradas, porque no impiden a los deportistas rusos participar con bandera neutra, como en los JJOO de Invierno 2018 de Pyeongchang, donde ya se habían impuesto sanciones.

El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, ha garantizado que se impondrían eventuales sanciones de forma “obligatoria”. Pero “espero que la AMA será clara en los eventos a los que haga referencia esta decisión y por qué razones se aplica o no”, declaró también.

Mientras tanto, el presidente del Comité Olímpico Ruso (ROC), Stanislav Pozdniakov, forma parte de los invitados a la Cumbre Olímpica que se reúne el sábado, al amparo del COI, también en Lausana.

En Moscú, las autoridades y los organismos deportivos dan una de cal y otra de arena, como el primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, que reconoció que su país tenía “un problema con el dopaje”. Pero “¿acaso los otros países no son pecadores?”, se preguntó, mientras que el ministro de Deportes, Pavel Kolobkov, rechazó las acusaciones de la AMA en varias ocasiones.

En cuanto al presidente del ROC, prometió “hacer todo lo posible” para que Rusia esté en los JJOO de Tokio, asegurando que no podía haber “ninguna discusión sobre una participación bajo bandera neutra”.





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