La organización de Boy Scouts de Estados Unidos (BSA) se declaró en quiebra este martes, en un esfuerzo por salvaguardar las indemnizaciones a las víctimas de abuso sexual, según señala un comunicado difundido por la propia organización.
La quiebra ayudará a “compensar equitativamente” a las víctimas a través de la creación de un fideicomiso y permitirá que la organización continúe operando a nivel local, indicó el texto.
“La BSA se preocupa profundamente por todas las víctimas de abuso y se disculpa sinceramente con cualquiera que haya resultado perjudicado durante su estancia” en la organización, dijo su presidente ejecutivo, Roger Mosby, en el comunicado.
Más de 12.000 de sus miembros han sido víctimas de abuso desde 1944, dijo el año pasado el abogado Jeff Anderson, quien agregó que dentro de la organización había más de 7.800 abusadores.
La existencia de esos datos figura en lo que dio en llamarse “archivos de perversión” se conoció por primera vez en un caso judicial de 2012.