El sonido aventurero de Tonus, música de los '50 que sigue a la vanguardia

Crearon obras e hicieron conciertos en salas y radios, pero su huella se fue perdiendo con el paso del tiempo. Hoy, un disco doble recupera por primera vez su música. “Es parte de nuestra historia”, dicen sus creadores.

Crearon obras e hicieron conciertos en salas y radios, pero su huella se fue perdiendo con el paso del tiempo. Hoy, un disco doble recupera por primera vez su música. “Es parte de nuestra historia”, dicen sus creadores.

El pianista y compositor holandés Fré Focke (1910 – 1989) llegó a Chile en 1947. Había estudiado en Viena con Anton Webern y, aparentemente, fue Claudio Arrau quien le sugirió probar suerte en Santiago, lejos de la Europa devastada por la guerra. Haya sido o no del insigne pianista, la idea no fue mala: pronto se estableció como maestro de un amplio grupo de músicos, entre ellos, próceres futuros como Leni Alexander, Juan Allende-Blin, Tomás Lefever, Roberto Falabella, Ida Vivado y León Schidloswky.

En la capital se encontró también con Eduardo Maturana (1920 – 2003), un violista que había estudiado con Pedro Humberto Allende y por entonces intentaba desentrañar el sistema dodecafónico, con el que Arnold Schoenberg había conmocionado la música completa un par de décadas antes. Hicieron buenas migas, tal como ocurrió con Esteban Eitler (1913 – 1960), un flautista austriaco que en 1936 había arribado a Buenos Aires, donde fue alumno del pionero Juan Carlos Paz. 

Eitler era un caso especial: al mismo tiempo que exploraba las partituras más experimentales, interpretaba obras sacras en una iglesia o comandaba con su acordeón una orquesta de música bailable, Don Esteban y sus Trotamundos. De hecho, había llegado a Chile en 1952 para ganarse la vida como músico en Radio Cooperativa.

Fue por esos días que el trío hizo los primeros conciertos que luego darían vida el grupo Tonus. Entre 1953 y 1959, organizaron decenas de conciertos de vanguardia de los que se conservaron partituras, recortes de prensa y partituras, pero no la música.

Seis décadas más tarde, es posible escuchar parte de esa historia: Tonus, vanguardia de los años 1950s es un disco doble que será editado en los próximos días y reúne música de Focke, Maturana y Eitler, además de una pieza de Gustavo Becerra y otra de León Schidlowsky. Son tríos, dúos o piezas para piano que formaron parte de los conciertos de la agrupación y por primera vez se pueden escuchar, desde aquel Chile perdido en la medianía del siglo XX.

Dodecafónicos y bailables

Una carta escrita en 1956 por Esteban Eitler da cuenta del intenso movimiento que Tonus había alcanzado entonces. “En cuatro años tenemos una actividad extraordinaria a nuestra cuenta. No creo que algún grupo de vanguardia en algún país tenga realizado lo que nosotros”, escribe.

La frase figura en la extensa investigación que la musicóloga Daniela Fugellie ha realizado en torno a la agrupación y que fue la base del proyecto del disc, financiado con recursos del Fondo de la Música.

A partir de ésta, fue posible encontrar y ordenar obras que -en su mayoría- permanecían en archivos de Chile y el extranjero: Las Variaciones de Becerra están en manuscrito en la Biblioteca Nacional, es un microfilm. El Trío. In memoriam Anton Webern, de León Schidlowski, similar. Los tríos de Esteban Eitler están en el Archivo Carlos Vega del Instituto de Musicología en Buenos Aires. Son partituras a las que es difícil acceder”, repasa en torno a piezas que forman parte del álbum.

Según pudo establecer, hubo años -como 1954- en que Tonus realizó al menos 20 conciertos. El foco del repertorio era el siglo XX, pero también consideraban otras épocas, como el Barroco. Y los programas no solo incluyen obras de los integrantes del grupo, sino de autores brasileños, de los tótems de la Escuela de Viena -Schoenberg, Berg, Webern- y de compositores ingleses, franceses y alemanes. 

¿Cómo y dónde eran esas veladas? ¿Quiénes iban a escuchar esa música en el Santiago de los ‘50? Además de radios como Cooperativa y Minería, eran los institutos binacionales -el Chileno Alemán, el Chileno Francés, el Chileno Británico- los que las acogían. “Es difícil saber cuánta gente iba, pero uno puede asumir que parte del público, al igual que los músicos, estaba constituido por inmigrantes, que llegaron principalmente escapando del nazismo”, especula Daniela Fugellie. 

Al margen de las principales orquestas y e instituciones culturales de la época, era una especie de circuito paralelo: “Es música bien experimental, nunca pensada para las masas, pero que se movió bastante. Hay reseñas de los conciertos y un vínculo con generaciones más jóvenes: todos los compositores de vanguardia posteriores, del ‘60, pasaron por la dodecafonía y la integraron de diversas maneras en su obra”, añade la directora del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado (UAH). 

Programa de un concierto de 1954. Fuente: Revista Resonancias UC.

Programa de un concierto de 1954. Fuente: Revista Resonancias UC.

Y aunque parece un ambiente estricto y académico, no lo era tanto. Además de Eitler y su trabajo radial, en varios programas de Tonus se puede encontrar a Rodrigo Martínez, clarinetista y saxofonista español mejor conocido como Don Roy, cuya biografía está repartida entre clases en el Conservatorio, actuaciones en casinos y cabarets y grabaciones con astros populares como Lucho Gatica. Incluso José Arturo Giolito, fundador de Giolito y su Combo, figura entre los intérpretes.

“Hay que ahondar más en esos vínculos, eran músicos que sin problema pasaban de una a otra cosa”, pondera Fugellie. “Los más viejitos de la Sinfónica contaban que terminaban un concierto y se iban a la boite, donde partía otra pega. Lo que pasa es que esta idea de la especialización es bastante nueva, eso era común en los años 50”.

“Eran nombres, faltaba la música”

Breve e intensa, salpicada por viajes de ida y vuelta, fue la vida de Tonus. En 1957, Fré Focke regresó a Holanda debido a la enfermedad de su esposa Ria, mientras Eitler tomó rumbo a Sao Paulo, donde murió tres años más tarde de leucemia. León Schidlowsky, que se había integrado al grupo a mediados de la década, tomó las riendas de los conciertos hasta 1959.

Para la década siguiente, los integrantes del grupo que permanecieron en Chile ya habían alcanzado cargos en espacios oficiales, como la Asociación Nacional de Compositores (ANC). Algunos, como el propio Schidlowsky, hasta recibirían el Premio Nacional de Artes Musicales en décadas posteriores. 

Así se desintegró el grupo, que quedó como un recuerdo de párrafos breves en el relato de la música local. “Estaban las partituras, se podían archivar en bibliotecas, pero sin un documento sonoro, era como que la música no estuviera viva. Ese fue nuestro primer objetivo, recuperar esta parte de nuestra historia musical”, dice Diego Villela, músico que dirigió el proyecto para registrar y publicar el disco.

Oboísta y cornista, Villela dice que interpretar cada una de las piezas fue como internarse en un terreno inhóspito: “A veces la música contemporánea es más entretenida para el intérprete que para el auditor, pero acá era árido incluso para el intérprete. Hay que buscar muchos elementos para entender el discurso, pero se van encontrando cuando los buscas”.

“Es música muy vanguardista, incluso para los estándares de hoy. Todavía se escucha nueva”, añade Pedro Iglesias, productor del álbum y uno de los gestores del Proyecto Φ (Fi), sello que funciona al alero de la Universidad Mayor. Formado como guitarrista, acude a su propia experiencia para valorar el proyecto: “Yo siempre había escuchado sobre Fré Focke, todos los compositores decían que él había traído la música dodecafónica a Chile, ¡pero nunca lo había escuchado! Eran nombres, pero faltaba la música”. 

Carátula del disco.

Carátula del disco.

Tonus: Digital y físico

Tonus, vanguardia de los años 1950s estará próximamente disponible en un CD doble y en plataformas digitales como Spotify y Youtube, entre otras, e incluye música de Gustavo Becerra, Eduardo Maturana, Esteban Eitler, León Schidlowsky y Fré Focke.

Los músicos que participaron de su grabación fueron María Gabriela Olivares (chelo), Diego Villela (oboe), Eun Seon Hong (piano), Nancy Gómez (soprano),Claudia Godoy (mezzosoprano) y Nicolás Faunes (flauta traversa).

Foto principal: Esteban Eitler en Radio Cooperativa, en 1953 / estebaneitler.com.br.




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