Este lunes, el Presidente Sebastián Piñera anunció el “fortalecimiento y extensión de la Red de Protección Social” con una inversión fiscal de cerca de US 6.000 millones, que se suman a los US 12.000 millones con los que ya contaba el denominado Fondo Covid. Esto, frente la noticia entregada por el Ministerio de Salud el mismo día, decretando medidas más restrictivas de cara a la compleja situación que vive el país debido a la pandemia, derivando en que desde este jueves más de 13 millones de personas entrarán en confinamiento.
¿Las medidas? Una extensión del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), un Bono COVID, otro Bono Clase Media y el Préstamo Solidario, entre otras ayudas anunciadas por el Mandatario en cadena nacional. No obstante, a pesar de los esfuerzos del Ejecutivo por cuadrar a su sector, las críticas oficialistas no se hicieron esperar e inmediatamente después del anuncio llegaron los primeros coletazos. En ese sentido, la principal crítica -tanto oficialista como opositora- estuvo en la insistencia del Gobierno en políticas de focalización y en los obstáculos que existen a la hora de acceder a algún beneficio.
Y así también lo planteó, en entrevista con Diario y Radio Universidad de Chile, el economista y exdecano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Manuel Agosín.
“El discurso peca de un problema fundamental y es que hay muchas cosas. O sea, hay tanta cosa que es muy difícil poder evaluar el programa como un todo. Yo pienso que esa gran dispersión de ayudas de todo tipo no es una buena cosa en sí”, advirtió.
¿Qué le parece el aumento del Fondo Covid?
“Está bien que se gasten los US 6.000 millones adicionales que anunció el Presidente, me parece que es muy importante que se haga y está justo a tiempo, porque estamos volviendo a una situación que no veíamos desde el comienzo de la pandemia. Casi todo el país está confinado o en Fase 2, que es una etapa en la que uno tampoco va a poder salir los fines de semana, ni siquiera con permiso. Estamos volviendo a una situación muy complicada, entonces una ayuda a las familias, a los hogares, creo que es muy importante”.
¿Usted considera que esto viene a tiempo?
“Están a tiempo, sí. Pero como le digo, yo hubiera preferido ver una política para todo el mundo, sin excluir. O sea, uno puede decir voy a excluir a los más ricos, al 10% superior de la distribución del ingreso. Pero que sea una cosa más sencilla, que llegue inmediatamente a los hogares. Poner en la Cuenta RUT $100.000 por cada miembro del hogar, eso no es difícil, porque la gente que no tiene Cuenta RUT la puede abrir, cualquier chileno puede abrir una. Eso es más fácil de hacerlo, ¿por qué tanta cosa? Tanto detalle, que a estos sí y a estos no, que hay que perder el empleo, que el que estuvo una semana en cuarentena, un día en cuarentena… demasiado complicado, y lo más probable es que haya mucha gente que se quede sin nada”.
¿A qué cree que responde la resistencia del Gobierno a una política universal? Que es finalmente lo que se ha planteado desde diversos sectores y desde el inicio de la pandemia… ¿Por qué cree que existe esta resistencia?
“Sí, mire, yo no entiendo el criterio. Este criterio cosista que tiene el Gobierno: un poquito aquí, un poquito allá. No sé, me cuesta entender por qué no hace llegar una ayuda a todos los hogares, menos a los que obviamente no lo van a necesitar por tener una situación bastante mejor que la mayoría de los chilenos”.
¿Ese límite usted lo pondría en el 10% de más altos ingresos?
“Claro, yo excluiría al 10% más alto. A quienes están sin empleo, podría ser a todas las personas desempleadas. Es muy fácil para una persona decir que lo echaron y mostrar el certificado. Pero empezar con algo bastante universal… o el 95% de la distribución del ingreso y dejar al 5% más rico afuera. O sea, tiene que ser una cosa fácil de implementar”.
¿Esa sería su propuesta?
“Tengo que hacer un análisis más completo, aún no lo he hecho. Pero con Ramón López, un colega mío, escribimos una columna por allá por mayo del año de pasado, en la cual proponíamos una ayuda de $100.000 por persona, en principio para el 60% más pobre, que cubría aproximadamente a 10 millones de chilenos; $100.000 por miembro del hogar y por un período de seis meses. Bueno, nos quedamos cortos porque la pandemia no terminó a fin de año, sigue todavía y va a seguir por bastante tiempo.
Pero como le digo, hubiera preferido algo menos disgregado, para qué tanta cosa, para esto va tanta plata, para esto va esto otro… Es demasiado cosista el programa, muchas cosas”.
¿Cree que hay algún margen para ampliar estas medidas que ya se han anunciado?
“Bueno, yo creo que sí hay margen. Yo creo que sería buena una simplificación del programa y ponerle más plata aún. Mire, es mejor hacerle llegar plata a gente que no necesita que no hacerle llegar plata a gente que sí lo necesita. O sea, si uno empieza a hacer demasiadas distinciones se va a quedar mucha gente entre los programas y no va a tener nada. Es mejor que haya gente que reciba algo que no necesita, a que una persona tenga problemas para poder parar la olla y problemas para comer”.