En conversación con la primera edición de Radioanálisis, el analista internacional y académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, Gilberto Aranda, se refirió a los resultados de las elecciones en Ecuador donde se confirmó el triunfo del empresario Guillermo Lasso en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de ese país.
En ese sentido, Aranda destacó la alta participación en estos comicios (cercana a un 82%) y donde se pudo constatar que “las comunidades de La Sierra, es decir, el mundo andino, más los indecisos, votaron en una forma aún mayor por el candidato conservador Guillermo Lasso”.
Al respecto, Gilberto Aranda agrega que “el factor sorpresa luego de la pandemia y no solamente respecto de lo ocurrido en Ecuador, sino que también en Perú y Bolivia donde se han dado resultados sorpresivos respecto de los análisis previos (…) Con lo cual, y esta es la lectura transversal, las rebeliones populares contra las élites pueden adquirir diversas formas y eso hay que tenerlo como un creciente dato de la causa, no solo para estos países, sino que también para Chile”.
El académico de nuestra casa de estudios destacó además que “se trata de una elección de un candidato de derechas, lo que no ocurría en Ecuador desde hace 18 años atrás” y agregó que “pese a declararse conservador en lo valórico, Lasso se dio cuenta que era necesario tender puentes con las minorías y, por lo mismo, se reunió con colectividades LGBTIQ+ y les dijo que aunque no apoyaría demandas como el matrimonio homosexual, sí estaba por la no discriminación, por lo cual introduciría programas educativos en liceos y colegios del país para cesar con la discriminación”.
Al respecto añadió que “eso nos habla de un cierto grado de aperturas y también tenía claro que necesitaba del voto indígena, acá hay que decirlo claro, pese al llamado del Movimiento Pachakutik, de su candidato Yaku Pérez a votar nulo, mayoritariamente el mundo indígena votó al candidato Lasso“.
Sobre las causas que explicarían esta votación, Aranda identifica que “el anticorreísmo se sobrepuso al eje izquierda-derecha, es decir, la ira contra el correísmo fue mucho mayor que las cercanías ideológico-político tradicionales. En ese sentido, el anticorreísmo fue capaz de congregar más adhesiones y eso se explica porque el expresidente Correa no se llevó nada de bien con las comunidades indígenas”.
Al respecto, el académico del IEI sostiene que “en general las comunidades indígenas más organizadas políticamente apuestan por el post-desarrollo y están en contra del extractivismo y la depredación de los recursos naturales. Por lo tanto, ahí hay un punto de inflexión o una diferencia importante respecto de las narrativas del Siglo XXI“.