Cuando ya las tropas rusas ingresaron a la capital de Ucrania, Kiev, el Presidente Vladimir Putin hizo un llamado a los militares ucranianos para que derroquen al actual mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, y se tomen ellos el poder.
Putin sostuvo que, de ser así, será más fácil llegar a una solución en torno a un conflicto que ya ha costado centenares de vidas.
“¡Tomen el poder en sus manos! Por lo visto con ustedes será más fácil llegar a un acuerdo”, expresó el líder del Kremlin.
El mandatario afirmó que con los soldados será más fácil entenderse “que con esa banda de drogadictos y neonazis que se ha asentado en Kiev y tiene secuestrado a todo el pueblo ucraniano”.
“No permitir a los neonazis que utilicen a sus hijos, sus mujeres y ancianos como escudos humanos”, continuó el jefe de Estado de la Federación Rusa.
Pese al llamado de Putin, de igual manera Rusia ofreció enviar a la capital de Bielorrusia, Minsk, una delegación para reanudar el diálogo, debido a la apertura del mandatario ucraniano a discutir el estatus neutral del país, con lo que renunciaría a toda opción de ingresar en la OTAN.