Desde este 25 de septiembre estará disponible para descarga gratuita el Policy Brief “Sistema Nacional de Cuidados: Principios orientadores para la incorporación de un enfoque interseccional”. El documento generado por investigadores de la Universidad de Chile aborda la necesidad urgente de un Sistema Nacional de Cuidados (SNC) y propone principios orientadores para el diseño de una política pública nacional desde un enfoque interseccional y feminista.
La investigación es generada en un contexto donde los cuidados se han tomado la agenda pública nacional de los últimos años. Según datos entregados por Cooperativa Desbordada y rescatados en este trabajo desarrollado por la U. de Chile, existe una gran brecha de género entre labores productivas y reproductivas en los hogares chilenos, pues el promedio de la carga total de trabajo de las mujeres es de 82,8 horas semanales, de las cuales 54 no son pagadas. Por el lado masculino, las cifras descienden a 68,8 horas semanales, siendo 23 las no pagadas.
El Policy Brief busca abarcar la invisibilidad histórica de los cuidados en un contexto de desigualdad estructural, así como también el valor social, características y necesidades de las personas que cuidan o son cuidadas. En esta línea, el académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas y editor del documento, Rodrigo Soto, apunto que, “en este momento, Chile está saliendo de la crisis sanitaria de la pandemia, donde los cuidados se mostraron en su amplitud y necesidad y, al mismo tiempo, está en un momento constituyente. Surge entonces el debate si es necesario institucionalizarlos y, si es así, de qué forma y bajo qué principios hacerlo”.
El problema de los cuidados
Según datos entregados en este Policy Brief y sumando los estudios realizados por el Instituto Milenio para la Investigación del Cuidado, la mayor parte de quienes cuidan a personas mayores de manera informal en Chile son mujeres de entre 50 y 60 años, generalmente ligadas por un vínculo familiar.
El Instituto Nacional de Estadísticas, en tanto, manifestó que durante 2015 la participación de las mujeres en el desarrollo de tareas de cuidados no remunerado correspondía al 65% en el primer quintil, y a un 38% en el grupo social con mayores ingresos. Otra diferencia es el nivel de formación de las personas que se desempeñan como cuidadoras, pues solo un 43% tiene educación básica completa y solo un 15% posee educación superior.
Para la académica de la Facultad Ciencias Sociales y redactora del documento, Catalina Arteaga, el tema de los cuidados es un problema de la sociedad en su conjunto. “De acuerdo a datos oficiales, este trabajo aporta cerca de un 20% del PIB y no es reconocido ni valorado. Se realiza mayoritariamente por mujeres y grupos vulnerables de manera gratuita y es central en la sobrevivencia cotidiana de todos y todas”, sostuvo la especialista.
Frente a este contexto, el Gobierno del Presidente Gabriel Boric anunció a fines del 2022 la creación del Sistema Nacional de Cuidados (SNC), el cual busca reconocer y relevar el rol que cumplen las personas cuidadoras y apoyarlas en los ámbitos de capacitación y empleo. Asimismo, el pasado mes abril fue creado el Consejo Asesor Presidencial para la elaboración de una Política de Cuidados, encabezada por los ministerios de Desarrollo Social y Familia, y de la Mujer y la Equidad de Género, el cual es un paso más en la construcción del SNC.
Propuestas desde la Universidad de Chile
Buscando aportar en esta materia, la Universidad de Chile impulsó la creación de este documento que propone lineamientos para abordar de forma integral los cuidados en Chile. Dentro de sus integrantes se encuentran las académicas de la Facultad de Ciencias Sociales Catalina Arteaga y María Sol Anigstein; el académico de la Facultad de Medicina, Álvaro Besoain; la psicóloga y especialista en género, Constanza Biscarra; y desde la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Playa Ancha, la académica Macarena Trujillo.
El escrito está centrado principalmente en las dimensiones materiales, afectivas, cognitivas, emocionales y simbólicas del cuidado. En esta línea, se entregan recomendaciones para que el nuevo Sistema Nacional de Cuidados pueda responder territorialmente a cada espacio donde sea aplicado y que, a su vez, desarrolle flexibilidad y ajustes que sean acordes con las dinámicas propias de las condiciones y relaciones locales.
La profesora Arteaga explicó que “el documento plantea un enfoque crítico y, a la vez, propone orientaciones desde el enfoque interseccional, basado en una revisión de literatura y estudios nacionales e internacionales. Muestra evidencia de los límites y desafíos de las políticas actuales y de la relevancia de incluir determinados principios en el Sistema Nacional de Cuidados que se está diseñando actualmente en Chile”.
Por su parte, la profesora María Sol Anigstein indicó que “el documento propone un reconocimiento constitucional de derecho al cuidado y una política de carácter universal que implique mecanismos para una redistribución equitativa dentro de la sociedad. También pone acento en la importancia de la participación social en el diseño del sistema, pero también en la constante retroalimentación para un ajuste permanente que debe tener un Sistema de Cuidados desde los territorios y comunidades”.
Asimismo, expone la necesidad de visualizar el cuidado como un derecho humano, lo cual ya es reconocido en tratados internacionales, y propone como lineamiento el reconocimiento, redistribución y reducción. Esto implica reconocer el trabajo de cuidados, remunerado y no remunerado, como una actividad fundamental para el bienestar social y para el funcionamiento económico, así como distribuir de forma más equilibrada y justa el trabajo de cuidados no remunerado entre hombres y mujeres.
Finalmente, esta iniciativa Universidad de Chile argumenta la corresponsabilidad como la necesaria opción de garantizar condiciones de equilibrio en la distribución de tareas, decisiones y responsabilidades; la flexibilidad entre las diferentes instituciones y sectores que sean parte del sistema integral de cuidados y, por último; el fomento de un trabajo interministerial por medio de comités o mesas técnicas que incluyan representantes de la comunidad organizada, entre otras recomendaciones.
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