Con el ritmo endiablado de Los Tigres del Norte, las 20.000 personas que se apiñaban para ver a Harris no fueron defraudadas.
En un estado con un tercio de los electores latinos, la vicepresidenta dramatizo la elección como “uno de los momentos con mayores consecuencias para nuestras vidas”, afirmo solemne.
Harris hizo hincapié en el derecho al aborto, una seguridad social para los adultos mayores, disminuir impuestos para la clase media, pero sobre todo subrayó la amenaza que supondría para la comunidad hispana una victoria de su rival republicano, Donald Trump.
Este mensaje tiene un eco importante en las familias latinas de Arizona.
Alexandra, presente en el mitin, es asesora legal en temas migratorios: “Tengo mucha fe en que ella trae buenas ideas. No trae la idea de separar familias, al contrario, ella quiere unirlas. Creo en todo lo que ella quiere hacer por nosotros”, afirmó.
En 2020, el estado de Arizona escapó de las manos de Trump por un puñado de votos. El expresidente lo sabe muy bien, por eso hacía campaña el mismo día en Glendale, a las afueras de Phoenix, donde su discurso se centró también en la inmigración, pero para mostrarse garante del control de la frontera sur en Estados Unidos.