“Habrá sólo dos géneros: hombre y mujer”. Con esa frase, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio puntapié inicial a su agenda en contra de la comunidad LGBT+, en específico de la comunidad trans, el día en que asumió su segundo mandato.
En sus primeras semanas de gobierno ha implementado una batería de medidas en contra del reconocimiento, la expresión y el desarrollo de las personas trans en Norteamérica. La primera orden que firmó en la materia responde justamente a su célebre frase del día uno.
El documento reconoce sólo el genero femenino y masculino, lo limita a sexo, que es el asignado al nacer y, por lo tanto, niega a la comunidad trans. Es una medida que se titula “Defensa de las mujeres ante el extremismo de la ideología de género y restaurando la verdad biológica en el Gobierno federal”.
El decreto consigna que los sexos femenino y masculino “no son cambiables”. Junto a esto, postula la autodeterminación de género como una “afirmación falsa” que debe ser eliminada de todas las políticas federales.
Para Human Rights Watch (HRW) esto constituye un retroceso en materia de derechos. Cristian González Cabrera, investigador sénior del programa de derechos LGBT de la organización, lo calificó como una situación de gravedad para Estados Unidos, pero también para nuestra región.
“Estas medidas violan el derecho internacional de muchas maneras. Es una incompatibilidad con los principios de no discriminación, contravienen tratados internacionales, como el pacto internacional de derechos civiles y políticos”, afirmó González.
El experto explicó que en los últimos 30 años se ha establecido que la identidad de género y la orientación sexual deben ser protegidas por los gobiernos, bases que se han construido a través de Naciones Unidas, el sistema Interamericano de Derechos Humanos, entre otras instancias.
De la mano con rechazar el concepto de género, el gobierno de Estados Unidos congeló sus fondos de ayuda internacional, algo que podría impactar directamente a organizaciones dedicadas a la protección de los derechos de las personas LGBT+ en distintas partes, estas y otras decisiones preocupan a HRW.
Ahora, además de las medidas en específico y su impacto directo, inquieta el “efecto dominó”, como lo calificó González, que puede generar el discurso. “Me preocupa esta red de políticos anti derechos en la región: Trump, Milei, Kast en Chile, Bukele y otros. Muchas de estas redes conservadoras transnacionales comparten estrategias para frenar avances en derechos LGBT, de las mujeres también, de la niñez, es muy importante tener eso en cuenta. Estamos ante un movimiento muy fuerte”.
“El ataque a los derechos LGBT suelen ser un síntoma de retrocesos democráticos más amplios, estamos viendo esta amenaza a la democracia en Latinoamérica y mucho más allá”, advirtió el experto.
Cristian González Cabrera, investigador sénior del programa de derechos LGBT de Human Rights Watch
Efecto dominó
En Argentina, el presidente Javier Milei ha seguido los pasos de Donald Trump en diferentes materias. En el Foro Económico de Davos disparó en contra de lo que su sector denomina de manera peyorativa “ideología woke”.
Dejó frases que impactaron, como la siguiente: “En sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil, son pedófilos”, sentenció el mandatario. Palabras que motivaron a decenas de miles de personas a manifestarse en contra en la capital del país el 1 de febrero.
Para Anastasia Benavente, activista de la comunidad trans, parte del Sindicato Amanda Jofré y académica del Centro de Estudios de Género y Cultura en América Latina de la Universidad de Chile, este tipo de discursos y medidas lideradas por Trump y Milei “perpetúa las dinámicas de exclusión de la comunidad trans para seguir dejándonos en un lugar marginal de la sociedad, sin oportunidades de desarrollo ni de integrarnos como cualquier persona”.
“Se exacerba el miedo hacia esa diferencia, que se traduce finalmente en ataques de odio. No va a ser extraño que nos enteremos que en los próximos meses va a haber mayor cantidad de homicidios hacia personas travestis trans”, agregó.
La académica comparte el diagnóstico de que existe una red anti derechos LGBT y mirando a las próximas elecciones presidenciales en Chile, afirmó: que “sabemos que Kaiser y Kast son los que lideran estos discursos y que, sin lugar a dudas, si salen, se van a alinear y no van a tener ningún descaro en promover las medidas que está tomando Javier Milei o Donald Trump (…) Necesitamos concientizar a la gente sobre por quién van a votar y cuáles van a ser las consecuencias de eso”, aseguró.
Anastasia Benavente, activista de la comunidad trans, parte del Sindicato Amanda Jofré y académica del Centro de Estudios de Género y Cultura en América Latina de la Universidad de Chile
El rol de las redes sociales
Érika Montecinos, periodista, activista lesbofeminista, directora ejecutiva de la Fundación Poderes, puso en el centro el vínculo de Trump con los llamados oligarcas tecnológicos, como Elon Musk de X y Mark Zuckerberg de Meta, lo que es beneficioso para amplificar el discurso.
“Tienen a su favor todas estas redes y ya no hay una restricción para las fake news, no hay restricción para los discursos de odio. Se va produciendo este efecto dominó, donde sobre todo los más jóvenes, y también creo que la gente de más edad, van cayendo. Ese es el peligro de lo que está haciendo Trump en Estados Unidos, porque se replica en otros lados”, indicó la activista.
Explicó también que esta arremetida de la ultraderecha conservadora no es nueva, sino que se ha construido a lo largo del tiempo y que se ha acercado con figuras como la de Milei. “Lo veíamos como algo muy lejano por el avance del matrimonio (igualitario), derecho al aborto, creíamos que el mundo iba para otro lado, pero sin embargo vino la reacción de este patriarcado que se resiste”.
Sobre cómo se instala el discurso en Latinoamérica, Montecinos dijo que “el que dio el primer paso fue Milei en Argentina (…) se están saliendo del Consejo de Derechos Humanos, de la Organización Mundial de la Salud, de acuerdo a lo que pregona su ideología basada en fake news, ni siquiera basada en datos reales. Yo creo que se va a replicar en Chile fuertemente”, agregó.
Érika Montecinos, directora ejecutiva de la Fundación Poderes
¿Qué hacer?
Para enfrentar este escenario, desde Human Rights Watch Cristian González, explicó que es clave fomentar las alianzas regionales, que se impulsen políticas inclusivas a través de organismos multilaterales y que, además, se diversifiquen las fuentes de financiamiento para organizaciones dedicadas a los derechos de las personas LGBT, justamente, para no depender del gobierno de turno de Estados Unidos.
En el caso de Érika Montecinos, aseguró que es importante unir todas las formas de organización social que busquen reivindicar estos derechos, porque “va a haber un enemigo común, el avance de los conservadurismos, que son violentos, ellos vienen por todo, por quitar derechos”.
Anastasia Benavente, en la misma línea, apeló a la organización. “Junto con las compañeras feministas, grupos indígenas, grupos ecologistas, grupos antirracistas, antifascistas, porque, tal como ellos se organizan internacionalmente, nosotras tenemos que organizarnos internacionalmente”.