Tres israelíes y cinco tailandeses fueron liberados por Hamás, algunos en medio de grandes multitudes y hombres armados, circunstancias denunciadas por el primer ministro israelí.
Miles de familias regresaron al lugar en donde alguna vez estuvo su hogar, zona que ahora se encuentra en ruinas y fue destrozada por 15 meses de guerra. El ambiente festivo contrasta con el paisaje apocalíptico del enclave palestino.
Este 19 de enero entró en vigor el alto al fuego acordado entre las partes. Si bien los principales líderes del mundo celebraron el pacto, lo cierto es que el Estado hebreo ya anunció su intención de seguir con la ofensiva.
Netanyahu ha convocado una reunión del gabinete de seguridad para este viernes con el fin de celebrar una votación sobre el acuerdo, que será aprobado al día siguiente, el sábado.
El regreso de miles de desplazados del enclave palestino a sus hogares, la llegada de unos 600 camiones de ayuda y la reparación de infraestructura vital son parte del trato al que llegó el gobierno israelí con la organización paramilitar.
El Mandatario reflexionó que “en la defensa de la humanidad es donde no caben medias tintas” y llamó a redoblar los esfuerzos por la paz en Medio Oriente. “No vamos a ser espectadores pasivos ante tanta injusticia y tanto dolor”, destacó.
Alemania reaccionó enérgicamente a esta decisión y pidió al Estado hebreo abandonar sus planes de expansión demográfica. “Este territorio pertenece a Siria”, declaró un portavoz del Ministerio de Asuntos exteriores alemán.
Tras la entrada en vigor del alto el fuego después de dos meses de guerra abierta, el partido chiita se atribuye la victoria, mientras que el Estado hebreo y los rivales de la organización islamista en Líbano señalan su derrota.
El anunció fue realizado por el Ministerio de Salud gazatí luego de que Israel ejecutara nuevos bombardeos en la Franja. Los ataques se llevaron a cabo tras las orden de detención emitida por la CPI contra Netanyahu y Gallant.
La académica del Instituto de Estudios Internacionales de la U. Chile explicó además el proceso que culminó en esta acción judicial por parte del tribunal, tras el reclamo de Israel en el que señaló que este organismo era incompetente para juzgar.
El tribunal consideró al primer ministro de Israel, así como al ex ministro de Defensa de ese país, Yoav Gallant, responsables de privar “intencionadamente a la población civil de Gaza de bienes indispensables para su supervivencia”.
Un alto cargo del grupo islámico declaró que la propuesta de los mediadores no contempla el retorno de los desplazados y tampoco la retirada de las tropas israelíes de la Franja, asuntos indispensables para el movimiento de resistencia.
La actual administración estadounidense es sin duda la más favorable en la historia del Estado hebreo. El presidente Biden siempre se ha declarado pro-Israel y la candidata demócrata Kamala Harris intenta distanciarse de esta etiqueta.
La gira del secretario de Estado de EEUU se da casi un mes después de que el conflicto en la Franja se extendiera al Líbano, con el comienzo de los ataques masivos israelíes contra el movimiento islamista Hezbolá.
Los bombardeos contra la periferia sur de Beirut, bastión del movimiento chiita libanés, se producen al día siguiente de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusara al grupo proiraní de tratar de asesinarlo.
La operación, según declararon la Fuerzas de Defensa de Israel en un comunicado de prensa, iba dirigida contra tres miembros del movimiento palestino que se encontraban en un edificio en el que no habían rehenes.
Entre los fallecidos del ataque aéreo hay doce mujeres y dos niños, según la ONU. Desde el inicio del conflicto de Israel contra Hezbolá, por primera vez Aïtou, localidad de mayoría cristiana, es objetivo de disparos provenientes del Estado hebreo.