Un bus explotó en la parte occidental de Jerusalén este lunes por la tarde, dejando por lo menos 21 heridos y 2 de gravedad. Aunque no se supo directamente cuál era la naturaleza de la explosión, la policial local y el acalde de Jerusalén, Nir Barkat, señalaron que se trata de un “ataque terrorista”.
La pregunta que surge frente a la doble moral de los gobiernos occidentales respecto a la política israelí contra el pueblo palestino, resuena con fuerza ¿Quién es capaz de detener la masacre, por parte de estos gobiernos, entusiastas a la hora de intervenir en Libia, Egipto, Irak. Preparados y unidos para tratar de destruir a Siria y, sin embargo frente a las acciones punitivas del régimen israelí callan en forma cómplice.
La política belicista de los gobernantes israelíes no tiene freno, no existe posibilidad alguna de esperar un viraje que avizore paz para la región o el reconocimiento de los derechos de millones de palestinos que están tras los muros de la ocupación o aquellos que malviven en los campos de refugiados en una diáspora que no acaba. Ni la ultraderecha representada por el Likud ni los supuestos progresistas del Partido Laborista han dado el ancho en materia de responsabilidad, no sólo para la paz en el seno de sus sociedad, sino en el conjunto de una región que vive bajo la constante amenaza del único país dotado de armamento nuclear – se calcula que posee unas 200 cabezas nucleares como mínimo – que no ha firmado el Tratado de No Proliferación (TNP) y que se niega, permanentemente, a recibir inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA)
El triunfo de Netanyahu le da el piso para inventar nuevas crisis en la región, para encubrir las realidades de Medio Oriente, para seguir proclamando que Irán debe cesar su programa de desarrollo nuclear mientras Tel Aviv sigue acumulando artefactos nucleares.
Enfrascado en un pasatiempo cínico de demonizar a Irán y presentarse como víctima de una confabulación internacional en su contra, Netanyahu miente permanentemente: acusa a la República Islámica de Irán de tener un programa secreto de fabricación de armas nucleares cuando la nación persa es signataria del TNPN, ha abierto las puertas de sus centros nucleares a la OIEA, ha declarado a través de su líder religioso y sus líderes políticos que por convicción y creencia no admiten la fabricación de artefactos nucleares y se ha comprometido con el G5 + 1 para tomar medidas que garanticen la confianza de la sociedad internacional, pero sin renunciar a su derecho de desarrollar un programa nuclear pacífico.
El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu señaló que responderán con mano dura al ataque ocurrido este martes y culpó a Hamas y la Yihad Islámica. El presidente palestino, Mahmoud Abbas, por su parte, condenó el atentado y llamó a terminar con el ciclo de violencia en la zona. Si bien, Hamas no se atribuyó la autoría del ataque, elogió a quienes lo llevaron a cabo.
El líder de la oposición israelí, el laborista Isaac Herzog, advirtió que su país se está quedando solo y que el voto favorable del Parlamento británico a la declaración del Estado palestino es fruto del fracaso de las políticas del primer ministro, Benjamín Netanyahu “necesitamos una política que vaya más allá de la pataleta, aseguró Herzog, ya que debemos reconsiderar la estrategia diplomática para recuperar la iniciativa y evitar la condena internacional.
La nueva escalada de terror en los territorios palestinos, principalmente en la Franja de Gaza, continúa con su periplo de destrucción tras la ofensiva de las Fuerzas armadas israelitas, sumando día a día nuevos muertos y heridos.
El Estado hebreo anunció el jueves que suspendía las negociaciones con la Autoridad Palestina, como consecuencia del anuncio de un gobierno de unidad con el movimiento islamista Hamas, que se niega a reconocer la existencia de Israel. El presidente estadounidense Barack Obama sostuvo que el acercamiento entre las dos facciones rivales palestinas “no ayuda” en las negociaciones.