Colombia está impulsando una reforma a la Constitución, la llamada “Reforma de Equilibro de Poderes”, una de las más amplias desde que la actual Carta Fundamental fuera aprobada en Asamblea Nacional Constituyente en 1991. En este contexto, surgen dudas respecto de los alcances del proyecto y cómo podría vincularse con el diálogo de paz que se desarrolla entre el Gobierno y los grupos guerrilleros en Cuba.
Según la opinión de especialistas, las conversaciones iniciadas hace un poco más de dos años en La Habana van a seguir sometidas a acciones motivadas por grupos interesados en la prolongación del conflicto. Por eso es necesario concretar la demanda de un alto al fuego bilateral e indefinido.
La operación conjunta que comenzó en el departamento de Antioquia tiene el objetivo de limpiar el suelo colombiano de las minas sembradas a lo largo de medio siglo de conflicto armado.
A través de un comunicado enviado desde Cuba, en donde se desarrollan los diálogos de paz entre las FARC y el gobierno colombiano, la guerrilla anunció que suspendieron el cese del fuego unilateral que habían acordado en diciembre pasado, esto en respuesta al bombardeo del Ejército a posiciones de los rebeldes que dejaron 26 muertos. En tanto, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, calificó como un golpe muy importante a la guerrilla este ataque.
En la Habana está sesionando una comisión técnica conformada por militares y comandantes de las FARC con el objetivo de pactar el desarme, uno de los puntos más complejos del proceso de negociaciones. A estas alturas, hay quienes piensan que el proceso de paz es irreversible.
Organizaciones indígenas de Colombia se encuentran en Chile para dar a conocer sus experiencias en el proceso de reconocimiento de sus derechos políticos, así como su participación en las conversaciones de paz que el gobierno de Juan Manuel Santos lleva adelante con las FARC en La Habana. Además, las organizaciones indígenas colombianas se reunirán con comunidades mapuche para conocer la situación en el que se encuentran los procesos de integración política de este pueblo en el Estado chileno.
Un ambiente optimista es el que gira en torno al bullado proceso de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) luego que el presidente Juan Manuel Santos valorara el proceso unilateral de alto al fuego que comenzó el 20 de diciembre pasado por parte de la guerrilla.
La liberación del general Alzate, anteriormente secuestrado por las FARC, tensó las relaciones entre el grupo guerrillero y el gobierno colombiano. Ya superado el impase surgen dudas sobre, las causas del conflicto y cuáles serán los pasos a seguir para garantizar la calma bajo el recuerdo latente de asesinatos y violencia.
Después que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunciara la paralización de las negociaciones de Paz con las FARC, éstas se refirieron este martes al secuestro del general de la Fuerza Aérea Rubén Darío Alzate. Finalmente, una de los facciones de los guerrilleros confirmó la retención del general, justo cuando hoy se cumplían dos años de las conversaciones por la Paz.
El general Rubén Darío Alzate Mora, es el comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, en el corregimiento Las Mercedes, zona rural de Quibdó (Chocó). Luego de la orden del Presidente Juan Manuel Santos, centenares de soldados y las Fuerzas Especiales barren una extensa zona de selva a la que solo se accede por río.
Hoy se inicia el segundo mandato de José Manuel Santos. El presidente, que llega a la casa de Gobierno con el 50,9 por ciento del apoyo, debe cumplir el desafío histórico de alcanzar un acuerdo de paz con las FARC.
La victoria de Juan Manuel Santos, convertida en un gran consenso sobre el proceso de paz, podría invisibilizar las demandas de sectores campesinos y urbanos que se han movilizado en los últimos años en favor de transformaciones estructurales. Analistas se refieren al riesgo de que las negociaciones con las FARC no dejen espacio para otras agendas.