Más allá de las tensiones diplomáticas, la familia y la defensa de la exautoridad ecuatoriana se preocupan por sus condiciones de detención, con el temor de que sea agredido o víctima de algún atentado en su contra.
El gobierno de Ecuador ha informado de que el exvicepresidente Jorge Glas, hospitalizado en las últimas horas, se encuentra estable y en observación tras negarse a comer en la cárcel.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, se declaró “alarmado” por el operativo policial y aseguró que el hecho pone en peligro “la continuación de las relaciones internacionales normales”.
Para el director ejecutivo del CELAG, la comunicad internacional no puede dejar pasar la irrupción de la policía ecuatoriana en la Embajada de México de forma “inadvertida”. Además, dijo que esta es la muestra de la persecución judicial al correísmo.
La Cancillería expuso que la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 establece que “los locales de la misión son inviolables”. Así, el Ejecutivo manifestó su “profunda preocupación por la violación del derecho al asilo”.
La decisión fue tomada por el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, luego de que la policía ecuatoriana entrase en la embajada del país norteamericano en Quito y detuviese a Jorge Glas, quien estaba refugiado ahí desde diciembre.
El dirigente que acompañó al expresidente Rafael Correa y luego a Lenín Moreno antes de ser defenestrado, ha sido considerado “preso político” por organizaciones sociales de su país.
El ex vicemandatario inició el 22 de octubre recién pasado una huelga de hambre en rechazo al cambio de recinto donde cumple la condena de seis años de presidio en el marco del caso Odebrecht.
El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, confirmó en rueda de prensa en la localidad de Manta, que el terremoto de 7,8 grados que sacudió la tarde de este sábado al país, ha cobrado la vida de más de 200 personas.