Desde que el entrenador estadounidense Alberto Salazar fue suspendido el lunes por cuatro años por violar el reglamento sobre dopaje, la marca deportiva Nike ha quedado bajo escrutinio público, con su CEO, Mark Parker, implicado en el escándalo.
El entrenador Alberto Salazar ha sido acusado de inducir al dopaje a un grupo de atletas norteamericanos que participan de las competencias en Doha, Qatar.
La organización del Mundial de Atletismo tuvo que recular en el uso de unas cámaras de televisión dispuestas en los partidores de las pruebas de velocidad, debido a la incomodidad que generó en un grupo de deportistas.