Los resultados de la última encuesta CEP fueron decidores. Sebastián Piñera suma más preferencias que todos los otros candidatos juntos con un 42%, mientras que Alejandro Guillier, su más cercano perseguidor, no supera el 22%. Beatriz Sánchez sufrió una caída estrepitosa y se ubicó por debajo del 10%.
Lo que el estudio no alcanzó a medir es el eventual efecto a la franja política de cada una de las candidaturas en la voluntad de la ciudadanía. Pero, ¿existe realmente un efecto de la franja? ¿Cuán efectiva es la inversión de los comandos en este espacio propagandístico?
Cristian Leporati, director de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales, cree que la franja es una herramienta que no alcanza a cambiar el panorama electoral de forma sustancial. A su juicio, es más funcional para aquellos candidatos que no gozan de un conocimiento masivo y sería un arma útil con miras a una proyección política a largo plazo. El académico, además, cree que la franja más eficaz ha sido la de Piñera, a pesar de que considera que la de Marco Enríquez Ominami es la más “redonda”: “La franja te da un piso para posicionarte como candidato, quizás no para ahora, pero sí para una futura elección. En ese sentido le sirve más a candidatos como Artés y Carolina Goic. La de MEO ha sido la con mejor producción y mejor guión, pero la más eficaz es la de Piñera, que ha mantenido un mismo discurso desde las primarias y ha sido atingente a lo que quiere escuchar la ciudadanía, y eso funciona”.
Para Leporati el gran derrotado es Alejandro Guillier. Tilda a su franja de “poco seductora” y cree que a partir de la próxima semana la franja se vuelve un espacio más trascendente para el senador que para cualquier otra carta. “La franja es profundamente relevante para Guillier. Yo esperaría que a partir de la próxima semana la franja de Guillier cambie, con un discurso más agresivo. Debieran hacer un estudio de la semántica de Piñera para ver en qué cosas se le puede atacar. Antes de la CEP no pasaba mucho, pero hoy la encuesta es útil para que el equipo de Guillier levante un discurso distinto, moderno y agresivo”.
Kenneth Bunker, académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad Central, cree que la franja ha relegado la exposición de contenidos en pos de la crítica y los disparos a las otras candidaturas: “Yo creo que hoy (la franja) es mucho menos programática de lo que a uno le gustaría en términos de la calidad de la democracia. Nos gustaría escuchar más ideas y más fondo, más profundidad sobre qué proponen y cómo lo van a hacer. Hay muchos candidatos que se quedan en lo simbólico y en las críticas a otros candidatos”.
La franja ha dado cuenta de las intenciones de cada una de las candidaturas y el hilo conductor de sus discursos. José Antonio Kast ha apelado a darle sentido de realidad a una eventual segunda vuelta con dos candidatos de derecha. Sebastián Piñera ha logrado instalar un discurso que resalte los logros de su gobierno y los contraste con las reformas de Bachelet. Carolina Goic ha subrayado su imagen proba y ética y Alejandro Guillier ha intentado mostrarse como un candidato ciudadano, acorde a su slogan “el candidato de la gente”. Marco Enríquez Ominami ha apuntado sus dardos hacia la candidatura de Sebastián Piñera y su calidad de multimillonario, mientras que Beatriz Sánchez ha dedicado su franja a darle importancia a la participación y el voto. Alejandro Navarro ha seguido una estrategia similar a la de MEO. Finalmente, Eduardo Artés ha apelado al sentido común de las personas, mencionando el sinsentido de la mercantilización de los derechos sociales. “Cada uno de los candidatos tiene una estrategia de la franja de acuerdo a lo que necesitan electoralmente. Estas peleas que se están dando son un poco artificiales en el sentido de que no estamos escuchando los programas y las medidas y nos estamos quedando en la forma”, apunta Bunker.
Claudio Fuentes, académico de la Escuela de Ciencia Política de la UDP, también es pesimista respecto de la incidencia que pueda tener la franja en el voto de chilenos y chilenas. Fuentes insiste en que los alcances de la franja son pobres: “Yo creo que la franja, salvo que tenga un mensaje muy disruptivo, lo único que hace es consolidar la creencia de los votantes respceto de sus propios candidatos. En ese sentido creo que el efecto de la franja va a ser marginal para convencer a alguien de ir a votar y de votar por algún candidato, básicamente porque, primero, lo ve poca gente, segundo, es muy poco el tiempo y, tercero, los mensajes de la franja actual no son muy destacados, no hay mucho mensaje distinto que vaya a definir una elección”.
A tres semanas de la elección presidencial las candidaturas se juegan sus últimas cartas. La franja parece ser una de ellas, a pesar de que expertos coinciden en que, con los contenidos expuestos actualmente, es complejo remover el panorama político de forma significativa.