Organización ciudadana busca detener proyecto Los Rulos

La Fundación Defendamos la Ciudad, que ha reclamado ilegalidad en el proceso de evaluación ambiental de la termoeléctrica de Limache, presentó un reclamo que busca invalidar la resolución del SEA que declara admisible el proyecto.

La Fundación Defendamos la Ciudad, que ha reclamado ilegalidad en el proceso de evaluación ambiental de la termoeléctrica de Limache, presentó un reclamo que busca invalidar la resolución del SEA que declara admisible el proyecto.

El Segundo Tribunal Ambiental acogió el reclamo del biólogo y miembro de la organización Defendamos la Ciudad, Salvador Donghi. La presentación de esta alegación surge luego que el Servicio de Evaluación Ambiental tomó la decisión de no tramitar el recurso que solicitaba la invalidación de la evaluación de la Comisión de Evaluación Ambiental, instancia regional que declaraba favorable el proyecto termoeléctrico.

La fundación buscaba con fundamentos técnicos y legales que el SEA desestimara la resolución de la Comisión de Evaluación Ambiental, y por el contrario, el Servicio de Evaluación Ambiental determinó que no había antecedentes fundados para acceder a la invalidación. Es por esto que Salvador Donghi llevó este alegato al Tribunal Medio Ambiental con el fin de que se revoque la Resolución de Calificación Ambiental.    

Irregularidades

La Termoeléctrica Los Rulos es un proyecto de la empresa IC Power que busca emplazarse en el sector Los Laureles, cerca de la Reserva de la Biósfera La Campana-Peñuelas en Limache. La inversión para su instalación será de 594 millones de dólares en un terreno de 34 hectáreas.

“El proyecto tiene varias falencias y es tremendamente irregular. La primera anomalía surge cuando no se admite a tramitación la solicitud de ponerle un término anticipado al proyecto por petición de la seremi de medio ambiente, la que argumentaba que la iniciativa carecía de información relevante esencial, por lo que no podía ser tramitado el permiso, ya que no se hacía cargo de los impactos sobre la salud de la población”, denuncia el biólogo, Salvador Donghui.

Por otra parte, y según lo que argumentó la fundación en el recurso que presentó ante el SEA el “proyecto tiene mal definida su área de influencia, puesto que su funcionamiento impactará un sector mucho mayor al que se encuentra en los informes entregados por la empresa”.

Otro punto que demuestra la incongruencia de la Resolución de Calificación Ambiental entregada al proyecto es que se le autorizó a la empresa a presentar seis meses después de entregada la RCA su plan de medidas de compensación, mitigación y reparación. Cuando dicho documento debería ser la forma en que el SEA se cerciore de que la empresa comprende los daños que podrían generar su faena y plantee la forma en que se hará cargo de los impactos socio- ambientales.

Es importante precisar que la zona en que se instalará esta termoeléctrica colinda con una reserva de la biósfera y con una zona decretada como saturada, por lo que una polución de 100 toneladas de material particulado de 2.5 micras al año, podría generar una emergencia en el territorio que está al borde del colapso ambiental debido a la contaminación de las más de seis fábricas que funcionan en la costa de Quintero, Ventanas y Puchuncaví.

Es más, los 16 planes de mitigación ambiental propuestos por el gobierno de Bachelet, pero que no fueron aplicados, pretendían justamente hacerse cargo de esta realidad que afecta a las comunidades en zona de sacrificio. En este sentido, instalar una industria termoeléctrica incrementa la polución de gases efecto invernadero que aportan en el calentamiento global e imposibilita aún más el que se puedan generar proyectos que permitan aminorar los daños producidos por el desarrollo industrial.

La política 2030 que busca un mayor desarrollo de energía para robustecer el sistema interconectado central ha apostado por la instalación de puertos gasíferos altamente cuestionados como GNL Talcahuano y el de Ventanas, los cuales se han promocionados como la recepción de una energía limpia, pero que en la realidad son parte de un derivado del petróleo por lo que su composición sigue siendo la de un hidrocarburo.

“La central termoeléctrica tiene un proceso eficiente, pero no se puede decir bajo ningún punto de vista que se trata de una energía verde, porque el proceso es sobre la base de la quema de un hidrocarburo que genera además polución de gases efecto invernadero y material particulado que impacta de todas formas en la comunidad colindante”, explicó Salvador Donghi, miembro de la fundación Defendamos la Ciudad.





Presione Escape para Salir o haga clic en la X