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Mapuche en huelga de hambre se elevan a 36

A ellos se suman estudiantes, líderes de la sociedad civil y familiares de los huelguistas. Los comuneros ven con cautela el anuncio de conformar una mesa de diálogo y mantienen la exigencia de tener soluciones concretas a sus demandas para deponer el ayuno.

Paula Correa

  Miércoles 15 de septiembre 2010 16:15 hrs. 
Radio-Uchile

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Con la adición de Eric Vargas, lonko de la comunidad Huilli Lafkenche en Puerto Montt, y de Carlos Adolfo Huaiquillán, en la cárcel de Angol, ya son 36 los comuneros mapuche en huelga de hambre.

A esto se le han sumado familiares y adherentes de los presos en Puerto Montt, Temuco y Concepción, además de Santiago, donde la sede de la FECH alberga a distintos actores sociales que iniciaron un ayuno solidario.

Ente ellos se encuentra el vocero de la “Coordinación de Organizaciones Autónomas Mapuche de Santiago” (COOAMS), Manuel Chocoei, quien declaró que esta medida se extenderá hasta que se concreten las negociaciones con las dos partes fundamentales: los mapuche y el Gobierno.

“Se va a mantener hasta que haya una solución real de parte de las autoridades y se instale una instancia de diálogo en la que estén representados los familiares, los voceros, los abogados y parte del Ejecutivo, que es el responsable último para alcanzar una solución. En la práctica no hay nada, sólo mensajes mediáticos de las autoridades y hacemos responsable al Gobierno de la situación delicada en que están nuestros hermanos. Su discurso de defensa a la vida se les cae si llega a fallecer uno de nuestros hermanos”, señaló Chocori.

Los anuncios de una mesa de diálogo llegan en un momento oportuno, ya que los comuneros estaban considerando la posibilidad de radicalizar el movimiento hacia una huelga de hambre seca total, lo que, en estos momentos, está en evaluación.

Por su lado, los familiares recibieron con cautela la noticia y fueron enfáticos al aclarar que la constitución de la mesa no significa el fin de la huelga. De esta manera la vocera de Concepción, Natividad Llanquileo, señaló que “dejamos claro que el diálogo debe ser solamente entre las partes involucradas en el conflicto. En este sentido, aceptamos cualquier mecanismo o forma de diálogo, siempre y cuando sea directo. En tanto que este no es el tema central ni condición al fin de la huelga. En este momento no tenemos nada claro, si el gobierno condiciona el fin de la huelga cuando se ponga a conversar con nosotros, eso no va a suceder. El fin de la huelga no va a pasar porque nos instalemos a conversar, y la huelga se termina cuando se tenga respuesta concreta a las demandas planteadas dentro de la misma huelga”.

Las demandas de los comuneros son la no aplicación de la Ley Antiterrorista en las causas mapuche, el fin de la justicia militar en Chile, de la militarización en las zonas donde los comuneros llevan a cavo la reivindicación de tierras y la libertad a los presos políticos mapuche.

En este sentido, el presidente de la FECH, Julio Sarmiento, quien también se encuentra en ayuno voluntario, en conversación con el programa Semáforo de nuestra emisora, indicó que la no aplicación y los cambios a la ley son soluciones a corto y mediano plazo, pero que existen también otros temas que deben ser conversados.

“El reconocimiento del pueblo mapuche como nación son temas cuyos contenidos se cruzan con esta discusión, donde nosotros de alguna manera estamos aportando a instalar y sensibilizar a la sociedad con ellos. El pueblo mapuche ha estado mucho tiempo excluido, violentado, reprimido. Nos parece importante que la ciudadanía en general se dé cuenta de que en Chile somos una nación multicultural y plurinacional para que tenga un espacio en las políticas, la Constitución, en el marco jurídico, en la forma de administración de las localidades, y que no exista una imposición de parte del Estado”, indicó el dirigente estudiantil.

Julio Sarmiento añadió se busca traspasar el tema desde problemática indígena a una problemática social ya que se trata de deudas históricas que tiene Chile, tanto con los pueblos originarios como con el resto de la sociedad civil.

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