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Mientras haya Washington…

Columna de opinión por Hugo Mery
Viernes 9 de septiembre 2011 10:23 hrs.


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El pedido de reconocimiento del Estado palestino aprobado en la Cámara de Diputados de Chile por 62 votos a favor, siete en contra y nueve abstenciones, es sólo una de las escaramuzas que se librarán a nivel mundial durante el presente mes, hasta que tenga lugar la Asamblea General de Naciones Unidas.

Entonces se verán los resultados del intenso lobby israelí ejercido, principalmente, dentro de los EE.UU. y sobre unos 70 estados de los 156 con los que Tel Aviv mantiene relaciones. Uno de ellos es Chile, cuyo Presidente estará por esos días en Nueva York.

Se prevé que un mínimo de 140 votos de la Asamblea se vuelque al reconocimiento, pero en la práctica esto podría servir de nada, puesto que EE.UU. mantiene su poder de veto, el que ejercería en medio de la división europea en la materia.

Una situación tal podría justificar la eventual actitud chilena de inclinarse por otorgar a la Alta Autoridad Palestina el estatuto provisorio de observador, situación que ya tiene, aunque no como Estado, sino como organización internacional. Si el Gobierno de Piñera así lo hiciere estará demostrando no consecuencia, como esperan los diputados, sino ambigüedad frente a la “observancia de los DD.HH. y a las resoluciones de la ONU” que invocan en su acuerdo.

Cualquiera sea el score, significará una amplia victoria para la causa palestina, en la medida que revele un mayor aislamiento del régimen israelí. Éste ha enfrentado en los últimos días un congelamiento del comercio militar con Turquía, cuyo líder, Tayyip Erdogan, anunció visita a Gaza durante su próximo viaje a Egipto y un reforzamiento de su presencia militar en el Mediterráneo oriental. Todo en protesta por la negativa del gobierno de Benjamin Netanyahu de pedir perdón por la muerte de nueve turcos en el barco de la paz atacado en aguas internacionales el año pasado, gesto que le pidió la ONU en un endulzado informe.

La ruptura con Ankara ocurre en momentos en que se producen incidentes y atentados en la frontera con Egipto, lo que podría derivar en un retiro de embajadores. Y aunque los que en Israel se autodenominan indignados se mantienen ajenos al conflicto palestino, en los hechos se movilizan en contra de “un Estado que dedica mucho a la ocupación de Cisjordania y la seguridad y cada vez menos al bienestar y la solidaridad”, según el analista catalán Lluís Bassets.

Pero el régimen de Tel Aviv está acostumbrado a estar solo contra el mundo, claro que con el apoyo, por lo menos, de EE.UU. Mientras cuente con la superpotencia, ninguna prédica del Presidente Barack Obama -ni en sus comienzos de esplendor ni en su debilitamiento actual- por el diálogo con el mundo árabe y musulmán hará mella en su política de fronteras seguras y colonización con más y más pobladores de los territorios ocupados.

… Aunque sus antiguos aliados de Ankara y El Cairo se enojen y caigan todas las tiranías del Medio Oriente que hasta ahora han sido funcionales tanto a Tel Aviv como a Washington.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.