El Presidente palestino, Mahmoud Abbas, dio hoy un paso histórico al solicitar a las Naciones Unidas el reconocimiento del Estado Palestino y su integración como miembro pleno del organismo.

Abbas fue ovacionado de pie cuando ingresó a la sala donde se realiza la Asamblea General de Naciones Unidas, mientras realizaba el discurso y una vez que presentó la solicitud de Estado, salvo por las delegaciones de Israel y Estados Unidos, que se oponen tenazmente al reconocimiento del Estado Palestino.

“Esta es la hora de la verdad, nuestro pueblo quiere escuchar la respuesta de ustedes”, dijo Abbas, e interpeló a los líderes mundiales señalando que “nadie con conciencia puede ignorar nuestra solicitud de afiliación plena a la ONU”.

“Tras 63 años de sufrir llega la hora de decir ya basta, basta, basta. Ha llegado la hora de acabar con el sufrimiento de los refugiados palestinos. Ha llegado también el tiempo de la ‘primavera palestina’ no solo la primavera árabe, la hora de la independencia”, manifestó el Mandatario.

“Es hora de que el pueblo palestino tenga su independencia que acabe el sufrimiento del pueblo en la diáspora (…) ha llegado el momento de que nuestros hombres, mujeres y niños tengan días normales”, afirmó.

El también representante de la Organización para la Liberación de Palestina manifestó que su pueblo “desea ejercer su derecho a disfrutar de una vida normal como el resto de la Humanidad”.

Negociaciones y asentamientos

El Presidente de la Autoridad Nacional Palestina fue enfático en señalar su voluntad de retomar el diálogo de paz con Israel basado en las fronteras anteriores a la Guerra de los Seis Días de 1967.

“Aquí, declaro que la Organización para la Liberación de Palestina está lista para retomar inmediatamente las negociaciones basadas en los términos de referencia adoptados… y el completo cese de la construcción de asentamientos”.

“Déjenos construir los puentes del diálogo en vez de puestos de control y muros de separación”, dijo Abbas, y aclaró todas las iniciativas de paz han “chocado contra las rocas de la posición del Gobierno israelí”.

El Presidente de la ANP recordó que fue la oposición de Tel Aviv de poner fin a la construcción de asentamientos ilegales en los territorios palestinos ocupados la que motivó la pausa en las negociaciones en septiembre de 2010.

Aclaró que estos asentamientos son una violación a los derechos humanos y la expresión de “la brutalidad militar y discriminación racial contra nuestra gente”, que le ha costado la vida a cientos de miles de palestinos y disgregado familias. Detalló además las consecuencias de la ocupación de Jerusalén Este, las excavaciones en los sitios arqueológicos y las prohibiciones de acceso a los lugares sagrados.

Asimismo, manifestó que la potencia ocupante mantiene aún el bloqueo sobre la Franja de Gaza, sigue su política de asesinato de civiles palestinos y denunció “las acciones criminales de milicias que disfrutan una protección especial del Ejército”.

La ocupación de Israel  “está buscando redefinir las fronteras de nuestra tierra y completar una situación de facto que modifica la realidad y socava el potencial real para el surgimiento de un Estado palestino”, denunció Abbas.

Frente a esto, Abbas instó a retomar las negociaciones: “queremos darle la mano al Gobierno israelí y al pueblo israelí para la imposición de la paz”, dijo, y llamó a construir urgentemente “un futuro para nuestros hijos”.

Aplausos mundiales

Las palabras de Abbas ante la Asamblea General fueron seguidas por millones de personas a través del mundo. A los aplausos que espontáneamente interrumpían su discurso en Nueva York, en las calles de Ramallah los miles de palestinos congregados para escuchar a su Presidente respondían con cánticos y vítores.

Diversos municipios y los principales medios palestinos amanecieron hoy con banderas, fotografías de Abbas y la frase “Palestina 194”, que sería el número de miembro que ocuparía en la ONU.

En Chile, la masiva comunidad palestina residente siguió el discurso a través de pantallas gigantes en el Estadio Palestino, mientras que representantes de la comunidad y el diputado Iván Moreira para solicitar al Gobierno de Chile a apoyar las gestiones de la ANP.

E presidente de la Federación palestina en Chile, Mauricio Abugoch, manifestó que esperan que el “pronunciamiento sea aún más mayoritario y que el Estado Palestino sea reconocido como un miembro pleno de las Naciones Unidas. No queremos ser un Estado observador”.

Abugoch destacó que “el pueblo palestino es un pueblo amante de la paz” y que ha sido Israel el que ha interrumpido el proceso de paz.

Asimismo, la Federación Palestina en Chile convocó para este lunes 26 de septiembre a las 12 horas a congregarse pacíficamente frente a la sede de Naciones Unidas en Chile (Cepal) para manifestarse por la admisión del Estado Palestino.

Semanas de decisiones

Antes de comenzar el discurso, Mahmoud Abbas entregó a Ban Ki-moon, Secretario General de Naciones Unidas, un sobre blanco con el símbolo de Palestina que contenía la solicitud formal para ingresar al organismo multilateral.

De acuerdo a la ONU, Ban Ki-moon verificó que Palestina satisface los requisitos para ser integrante de la Organización y se compromete a cumplir estrictamente todas las obligaciones contenidas en la Carta de Naciones Unidas.

Ahora será el turno del Consejo de Seguridad del organismo, que debe dar el visto bueno. El más grande escollo que debe sortear Palestina, pues requiere nueve de quince votos en total, apoyos con los que contaría, pero ningún veto de los miembros permanentes de esta instancia, que son Estados Unidos, China, Gran Bretaña, Rusia y Francia. Y como es ya costumbre, las lealtades de Washington con su socio militar en Medio Oriente Israel, lo empujaron a adelantar que impedirá que esta solicitud prospere.

Este veto impediría el ingreso de Palestina como miembro pleno de la organización, pero no así su reconocimiento como Estado, que puede ser visado en la Asamblea General, donde ya cuenta con el apoyo de 128 países.

Son algunas semanas las que deberá esperar el pueblo palestino a la resolución de la ONU, días que parecen segundos frente a los 63 años de ocupación que han soportado.