Mientras 271 mil estudiantes se recuperan del estrés de rendir la PSU, este viernes se gradúa la tercera generación de alumnos del propedéutico de la Universidad Alberto Hurtado, un exitoso sistema desarrollado en conjunto con la UNESCO.
Juan Eduardo García Huidobro, explica el propedéutico como un sistema que busca “tomar alumnos, que son los mejores de su curso, pero que pese a esto no logran tener 600 ó 500 puntos en la prueba, y buscar un ingreso que tiene que ver más bien con el mérito que ya demostraron en la enseñanza media, apoyándolos en los meses previos con un reforzamiento. Esto ha tenido mucho éxito”.
Aunque ya hay consenso en la característica discriminatoria de la Prueba de Selección Universitaria, alguien podría preguntarse por qué un alumno que es el mejor de su curso durante toda la enseñanza media no logra el puntaje PSU para entrar la universidad. El Centro de Estudios de Opinión Ciudadana de la Universidad de Talca arrojó en un estudio del 2010 que, sumados, los liceos municipales y subvencionados alcanzaban a pasar un 60% de las materias que entran en la PSU.
El propedéutico comenzó el 2007 en la Universidad de Santiago, y sus buenos resultados hicieron que se ampliara a las Universidades Silva Henríquez y Alberto Hurtado el 2009. El 2010, también lo incorporaron la Universidad de Ciencias de la Educación, la Tecnológica Metropolitana, la Católica del Norte. Este año, por primera vez, lo estrenaron en sus aulas las universidades Católica de Temuco, de Tarapacá y de Antofagasta.
La Universidad de Santiago comenzó trabajando con los liceos descritos como prioritarios del Ministerio de Educación, como el Liceo Municipal Centro Educacional Pudahuel, Complejo Educacional Pedro Prado y Liceo Polivalente Guillermo Feliú Cruz. Posteriormente fue ampliando su cobertura.
García Huidobro dice que “está claro, y el propedéutico lo demuestra, que los estudiantes que han sido buenos en su enseñanza media, de cualquier segmento socioeconómico, debiesen entrar a la universidad, si así lo anhelan”. Sin embargo, el problema es que “dentro de ese 90% restante (que no abarca el propedéutico), también hay otros muy buenos alumnos y que después de la PSU quedan sin ninguna posibilidad de entrar a la universidad”.
Paralelamente, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile se ha experimentado desde el 2009 con los Cupos de Equidad, que tienen el mismo propósito que el propedéutico: incluir en sus aulas a alumnos talentosos y con buen rendimiento académico, pero que por la desigual contienda educacional no logran acceder a la educación superior.
Juan Manuel Cabrera, encargado de los cupos de Equidad en Sociología, cuenta que el abrir este sistema “implicó que las carreras iniciaran también un proceso de innovación pedagógica y docente interna. Nos dimos cuenta de que no podíamos asumir previamente que los alumnos que ingresan por los cupos de equidad necesitan un reforzamiento, en desmedro de otros estudiantes que entraron por la PSU, pero que también lo necesitan”.
“Este proceso, que fue largamente discutido entre profesores y estudiantes de la Facultad de (Ciencias) Sociales, nos llevó a darnos cuenta que el buscar tener mayor diversidad en la carrera implicaba realizar un trabajo conjunto con todos los estudiantes. Por eso ofrecemos cursos para reforzar la lectura, por ejemplo, a todos los alumnos de primer año, no solo a los que entraron por equidad”, destaca Cabrera.
Después de la buena experiencia en la Facultad de Ciencias Sociales, esta iniciativa se amplió bajo el “Sistema de Ingreso Prioritario de Equidad Educativa a la Universidad de Chile” que empezará a funcionar desde el 2012 en diez carreras de nuestra casa de estudios y que contempla un total de 131 cupos para estudiantes.
Se pretende que el programa crezca en un 20% en un plazo de cinco años, para alcanzar finalmente todas las carreras de la universidad. Los cupos de equidad consideran el índice de vulnerabilidad de establecimiento de egreso, quintil socioeconómico y ranking de notas, y exigen una ponderación de 600 puntos en la PSU
Bernardo Amigo, vicerrector de la Facultad de Ciencias Sociales, dijo que “está demostrado que esto es una alternativa concreta y real”, ya que los alumnos que no entran por PSU y que “provienen de colegios de alta vulnerabilidad no tienen diferencias sustantivas con el rendimiento de los demás”.
Por otro lado, algunos expertos señalan que esta puede ser una alternativa viable, pero no definitiva. Pero “lo que está claro es que los méritos están repartidos de manera aleatoria en la sociedad, en los escolares de todas las clases sociales, por lo tanto, uno no puede tener un sistema que discrimine socialmente, y de un sistema de selección tan simple como la PSU”, según García Huidobro.
