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La trampa de los valores

Columna de opinión por Wilson Tapia
Martes 20 de marzo 2012 8:08 hrs.


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Los valores no son absolutos, al menos en su permanencia en el tiempo.  Y lo demuestra el que recurrentemente la sociedad deba aggionarse, ponerse a tono con las nuevas demandas.  O con nuevas concepciones que trae la ciencia, la filosofía, la política o todo eso mezclado en un gran paradigma que permea completamente la concepción cultural.  Eso lo que estamos viviendo. Es un fenómeno global, aunque en cada nación con sus particulares formas de entender el mundo y de acercarse a la realidad. Es algo inevitable, que debiera preocupar a toda la sociedad. Especialmente para comprender qué son los valores y darles la relevancia que deben tener. Pero, también, para frenar concepciones excluyentes, a menudo conservadoras, que se agazapan tras el poder político, económico, religioso, o de todos ellos, como es el caso chileno.

A menudo, con intención o sin ella, se confunde valores y principios. Y la confusión tiene consecuencias no menores.  Los valores son aplicaciones de la ética al comportamiento social.  Los principios, en cambio, son presentados como concepciones inmanentes de sentido trascendente, cuando tienen basamento religioso.  O como representaciones de una utopía, lo que los coloca también fuera de la contingencia mundana.

Y,  tradicionalmente el poder se ha servido de ello. Basándose en el miedo ha ejercido su influencia de manera brutal. Hasta hace poco, el pecador, al morir, estaba condenado a soportar por toda la eternidad un infierno de alta temperatura.  Ahora ya no es así.  Tampoco la Tierra es plana, ni los planetas del sistema solar giran en torno a ella. Pero todas estas realidades, que nos ha ido mostrando la evolución, no son suficientes.  Y no lo son porque quienes detentan el poder no quieren que éste cambie de manos. Aunque sus verdaderas intenciones se camuflen bajo ropajes democráticos, humanistas, altruistas o divinos.

Es lo que hace la señora senadora von Baer al hablar del cuerpo femenino “prestado” -por Dios, me imagino-, para oponerse al aborto terapéutico. En esa norma lo que está en juego es la existencia de la madre. Y ella debería poder decir algo al respecto. Pero el poder prefiere dejar que esto lo resuelva el Estado, que está bajo su férula por influencia económica, religiosa y política.

Es lo que hace que el presidente Barack Obama hable de “lamentable incidente” después que soldados estadounidenses asesinan a dieciséis civiles, incluidos nueve niños, en la sureña ciudad afgana de Kandahar.  Y retire a los criminales para juzgarlos en suelo norteamericano. Hay que recordar que aquellos militares estaban allí para asegurar la democracia y sus beneficios.

Sin embargo, el tema de los valores es esgrimido también en otros ámbitos. Con frecuencia casi majadera, son utilizados para defender y enaltecer el derecho de propiedad.  Es lo que está en juego detrás de la pugna por controlar la web para impedir que productos intelectuales sean transados libremente. Y, de paso, trabar su uso como herramienta fundamental en el funcionamiento y fortalecimiento de las redes sociales.

Sin duda hay una fuerte carga valórica detrás de la nueva ley de alcoholes. La tolerancia cero con los conductores que beban y manejen sus vehículos parece una fuerte apuesta en pro de la vida. Pero, con razón, queda flotando la pregunta: ¿Si es tan peligroso el alcohol por qué no se impide su venta en lugares públicos? Y también cabe otra pegunta: Si para permitir la venta de esta droga se toman tantos resguardos ¿por qué lisa y llanamente se prohíben otras?

Aquí donde se comienza a caminar por un sendero extremadamente sinuoso. La actitud del poder es más cercana a quienes siente de los suyos. Y se ve en el proceder de la justicia. Después de tres años de investigación, las farmacias Ahumada, Salcobrand y Cruz Verde fueron castigadas por coludirse para fijar precios a 206 medicamentos de gran demanda. La multa asciende, en conjunto, al equivalente a US% 19 millones.  Este momento representa el 3,5% de las ventas anuales de las tres cadenas.  Ninguno de los responsables de esta estafa a los consumidores pagará su delito con cárcel.  Y lo mismo ocurre con los responsables de la estafa de la multitienda La Polar.  Son más de un millón los estafados y las sanciones contra 22 ex ejecutivos y ex directores ascienden a alrededor de US$ 6,5 millones.  Para ninguno de ellos se ha considerado pena de presidio.

Distinto es el tratamiento que reciben quienes protestan en Aysén o que amenazan el derecho de propiedad en territorio ancestralmente mapuche. También es diferente el trato que la justicia le da al estudiante de Historia del Arte de la U. de Chile Cristián Álvarez. Este colaboraba con el sitio Cuevana y bajaba películas en forma gratuita a través de Internet,
Son todas trampas en que se bastardean los valores. Y es lo que ha comenzado a enrabiar a los ciudadanos…..en todo el mundo.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.