Un intenso y prolongado sismo de 6, 3° Richter se registró en la madrugada de este martes entre las regiones de Atacama y La Araucanía. A pesar de que la ocurrencia de un maremoto, producto de este movimiento telúrico, fue descartada por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA), la Oficina Nacional de Emergencias (ONEMI) decretó la evacuación preventiva del borde costero desde Tongoy hasta Constitución.
Es la tercera vez que la oficina de emergencias toma esta decisión, haciendo caso omiso de la informaciones del SHOA, lo que generó polémica especialmente con el sismo del 25 de marzo, pues el organismo levantó una alerta de evacuación que bajó y después volvió a retomar.
Al respecto ya se han alzado voces criticando las descoordinaciones entre ambos organismos y calificando las evacuaciones de la Onemi como innecesarias.
Una de ellas es la del director del Centro de Estudios Oceánicos y Antárticos de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Alfonso Campusano, quien aseguró que en “la historia de maremotos de la costa de Chile jamás ha habido un maremoto con una magnitud inferior a 7, 7, por que la inclinación que tiene la falla donde se junta la placa de Nazca con la placa Sudamericana es alta y requiere de una mayor acumulación de energía para que se pueda producir. Cualquier evacuación que se hace con condiciones menores a 7 es absurda”.
“El problema nace el 27 de febrero, cuando el SHOA comete un error importantísimo y la Onemi también. A partir de ese instante ambas instituciones quedan en tela de juicio. Sin embargo, ahora el SHOA cuenta con oceanógrafos especializados en maremotos de guardia permanente, y entrega información fidedigna. Lo razonable y lógico es hacer caso las aseveraciones del SHOA, pero la Onemi considera que no es suficiente y dan alerta tras alerta”, afirmó el oceanógrafo, explicando que el organismo naval fue reformado exitosamente con profesionales y equipos adecuados después de las negligencias ocurridas en 2010.
A juicio de Campusano, detrás de las evacuaciones preventivas sin sustento técnico de la Onemi, existe una especie “lavado de imagen” e intención de resguardarse ante cualquier error, debido a lo desacreditada que quedó la institución luego de la tragedia del 2010. “Lo que se está tratando de cuidar es la apreciación que se tenga del suceso por parte del resto y no la vida de las personas que se están evacuando. No es lo mismo que yo haga una evacuación ‘con esto me libro para que no me hagan un sumario”, que ‘vamos a hacer una evacuación para salvar a la gente”, sostuvo.
El profesional indicó que la Onemi está actuando con “una mirada egoísta, de conveniencia e incluso de publicidad”, y llamó a revisar los protocolos de los organismos y no generar pánico innecesario entre la población, provocando más daños que beneficios a través de las evacuaciones.
Sismicidad normal en el país
En cuanto al movimiento telúrico del martes, el director del Servicio Sismológico de la Universidad de Chile, Sergio Barrientos, descartó la relación entre la seguidilla de temblores que se han registrado en la zona central.
“El temblor que ocurrió el 25 de marzo es una réplica del terremoto del 27 de febrero. El que ocurre tres días antes en las cercanías de Til Til, no es una réplica y ocurre en la placa de Nazca. En cambio, el de esta madrugada ocurre en la interfaz de la placa Nazca y Sudamericana, en una zona 20 kilómetros costa afuera entre las localidades de Maitencillo y Papudo. Son tres temblores independientes que no tienen relación entre sí”, aclaró el experto.
En relación a las dudas que produjo la diferencia de intensidades con que se clasificó el sismo, Barrientos informó que se debe a la medición con diferentes instrumentos y para analizar distintos procesos del movimiento y todos son correctas. De esta manera, el 6.3° del Servicio Sismológico de la U. Chile corresponde a la estimación de la magnitud local, el 6.5° del SHOA a la magnitud a partir de la onda P, y el 6.7° del Servicio Geológico de Estados Unidos al método Fase W.
