Si los efectos de la sequía que afecta a gran parte de los Estados Unidos y que ha provocado una baja considerable en la producción de granos, había encendido las alarmas respecto a un alza en los precios de los alimentos derivados del trigo, un reciente estudio elaborado por la Sociedad Nacional de Agricultura se encargo de reforzar ésta preocupación.

Esto porque según un estudio de la entidad gremial, hubo una baja en la producción, durante la temporada 2011 – 2012, de cereales como el trigo y la avena además de la papa, influido por las menores precipitaciones y las altas temperaturas registradas en la zona centro-sur del país durante la primavera y verano recién pasado.

Según los datos recogidos por la SNA, el trigo tuvo una merma de un 20 por ciento respecto a la temporada anterior, la de avena cayó 14 por ciento, mientras que la papa lo hizo en 34 por ciento.

Todos estos productos son fundamentales dentro de la canasta básica de alimentos de la población, sobretodo el trigo, de cuyo proceso se elabora la harina con la que se produce el pan.

Este panorama, sumado a lo ya advertido por la sequía que afecta a Estados Unidos, elevará el costo de los alimentos.

En este sentido el decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Santiago (Usach), Víctor Salas, señaló que “evidentemente vamos a tener los efectos que se están planteado o se esperan de alzas de los precios de los alimento a nivel mundial, algo parecido a lo que nos pasó en 2008 donde tuvimos una tasa de inflación cercana a los dos dígitos, pero lo que se observa ahora es una situación climática, que va a tener efectos importantes a nivel mundial”.

El académico agregó que a la escasez provocada por la sequía, se suma la aparición de los especuladores, lo que ayudará en este proceso inflacionario.

“Los agentes económicos que tratan de anticiparse a estos procesos, los especuladores, como también a veces se les denomina busquen a acopiar grandes cantidades hoy. De hecho se está observando un aumento de las exportaciones de EE.UU. a México que es un gran comprador muy por sobre lo normal de maíz y trigo. Lo que hace esa gente es acopiar para poder sacarle provecho al precio mañana cuando esté más alto”, explicó el profesor de la Usach.

Frente a este escenario, surge la necesidad de elaborar un mecanismo que disminuya el impacto de estos factores en el precio de los alimentos.

Para el presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios, Conadecus, Hernán Calderón, la solución pasa por implementar un IVA diferenciado para los productos básicos.

En esa línea, el dirigente de la organización dijo que  “todos los otros países tienen un IVA diferenciado y por qué Chile no lo puede tener, simplemente porque el dogmatismo económico de nuestros economistas no les permite visualizar una situación de inequidad que existe en el país y no están dispuestos a abandonar sus fronteras, ni dogmas económicos. Lamentablemente estamos ante una casta de economistas neoliberales fundamentalistas que no son capaces de mirar cuáles son las mejores medidas económicas, para darle un mejor estándar de vida a la gente que tiene menos”.

A nivel mundial, el panorama preocupa debido a que Estados Unidos es el mayor productor de granos del mundo, por lo mismo, Las autoridades del G20 están enfocadas en evitar que se produzca una crisis de alimentos como la que sucedió en 2008, cuando las alzas de precios desataron conflictos en los países más pobres del mundo.

La FAO informó la semana pasada que su índice de alimentos subió 6,2 por ciento en julio, su mayor salto desde 2009, y realizó un llamado para que no se apliquen barreras al libre comercio, ya que hace cuatro años estas medidas empeoraron la situación.