Durante esta jornada se realizó el primer “Viernes Constituyente”, actividad donde una serie de organizaciones sociales rodearon la sede del Congreso en Santiago, para poner en evidencia la necesidad de instaurar una Asamblea Ciudadana que elabore un nuevo marco normativo fundamental.

La idea, según sus convocantes, es que todos los viernes se efectúen manifestaciones similares a lo largo del país, ya que de no mediar una gran presión social, “esta demanda seguirá siendo un sueño”.

Así lo expresó Carolina Espinoza, secretaria general de la Confusam: “De las distintas demandas, dispersas, la conclusión a la que llegamos es que finalmente, para llegar a aquellas, tenemos que ser capaces de mejorar el sistema político. Mientras no logremos eso, todas las otras necesidades y demandas –por cierto muy legítimas y sentidas- no van a poder implementarse si es que no ‘rayamos la cancha’, si es que no somos capaces de mejorar los mecanismo de toma de decisiones en el país”, advirtió.

Sin embargo, la petición fue rechazada tajantemente por los parlamentarios de la Alianza, quienes no creen que sea compartida por la mayoría de los chilenos. Incluso el jefe de la bancada UDI, Felipe Ward, la calificó como “ridícula”.

En la oposición, si bien existe consenso en la necesidad y urgencia de modificar la Constitución Política, las herramientas para llegar a ello generan divergencias.

Marcelo Schilling, jefe de la bancada socialista, dijo que a Chile sólo le importa modificar la Constitución, independiente de la herramienta.

“Lo que importa es el objetivo y no es mecanismo. La Asamblea Constituyente es un medio, pero también podría ser una comisión interparlamentaria o el propio Congreso actual que se defina la facultad constituyente y elabore una nueva Constitución. Yo no quiero detenerme en la discusión sobre la forma, los medios, sino lo que importa son los resultados”, sostuvo.

Por su parte, Jorge Burgos, líder de la bancada parlamentaria de la Democracia Cristiana, dijo estar “dispuesto a analizar” una propuesta así, aunque auguró una difícil discusión.

“Es bien difícil conseguir los votos porque la derecha presumo que va a votar completa en contra de eso y las reformas constitucionales requieren a veces un quórum que puede llegar a los dos tercios, por lo que creo que es bien improbable que se logre. A mí me gustaría mucho más que nosotros lográramos, como paso previo, modificar el sistema binominal. Es una tarea también difícil pero más probable porque si modificamos el binominal probablemente los resultados de las elecciones nos permitirían hacer otras modificaciones”, dijo.

Sergio Aguiló, diputado de Izquierda Ciudadana, fue crítico con las palabras de Schilling, y afirmó que un nuevo marco normativo fundamental no puede surgir de un Parlamento que es rechazado por el 80 por ciento de la población.

Además, Aguiló fustigó en duros términos a los legisladores oficialistas, a quienes acusó de defender a muerte una Constitución heredada de la Dictadura Militar.

“Los partidos de la derecha chilena se han beneficiado de esta Constitución pinochetista en todos los aspectos. Esta Constitución está hecha a la medida de quienes creen que este país puede convertirse entera en un mall y que todas las actividades que se realicen tienen que ser con fines de lucro. No puede ser este Parlamento que cuenta con un rechazo de un 80 por ciento de la ciudadanía. Eso habría que contestarle a esta gente de derecha que no quiere constatar ni ver esta realidad que es tan evidente”, señaló.

El parlamentario aseguró que la idea de una Asamblea Constituyente es compartida por los diputados comunistas, algunos socialistas y democratacristianos, pero no es “mayoritaria” en el Congreso.

Por ello, Sergio Aguiló llamó al resto de las bancadas a “darse cuenta” de la crisis de representatividad del Congreso y escuchar la voz de la ciudadanía.

Foto:  @lmrendon