Luego de un fuerte estruendo, un hombre tambaleante se aleja de una sucursal del Banco Crédito Inversiones (BCI), ubicada en Avenida José Pedro Alessandri, comuna de Macul. Eran las 22:15 de la noche de un miércoles 30 de noviembre de 2011 y la secuencia era, supuestamente, presenciada por tres agentes de la Policía de Investigaciones, que casualmente transitaban en auto por el lugar.
Los detectives habrían sorprendido al presunto autor del estruendo mientras se deshacía de un par de guantes y un polerón. Era Hans Niemeyer Salinas, un sociólogo de 38 años que trabaja en la comuna de Lo Espejo en talleres de prevención de drogas, sin antecedentes penales ni policiales. Rastros de pólvora negra y TNT lo vincularían al estallido.
El primero de diciembre de 2011 el sociólogo fue detenido, reclusión desde la que fue testigo de su formalización por el bombazo de Macul, delito de carácter terrorista, y re formalización por la fabricación de artefactos explosivos que habrían sido utilizados en otros tres atentados, entre ellos, la explosión que sorprendió al memorial de Jaime Guzmán el 14 de agosto de 2011.
Llegando el presente mes de septiembre, la preparación para su juicio oral ya suma tres audiencias, en las cuales se presenció una escena que parece familiar: 35 de las 64 pruebas presentadas por la Fiscalía Metropolitana Sur fueron rechazadas y 15 de los testigos fueron excluidos; pruebas desestimadas que rememoran el controvertido caso bombas.
Para Rodrigo Román, abogado defensor de Hans Neimeyer, con este procedimiento “constatamos que la policía ni la fiscalía hacen bien su trabajo. La acusación es desprolija, desordenada y desprofesionalizada”, señaló, utilizando este mismo rechazo como evidencia: “si ellos hubieran hecho bien las cosas es muy probable que esta jueza ni ningún juez les hubieran excluido pruebas”, concluyó Román.
Esta certeza en un procedimiento judicial mal ejecutado es cuestionada por Pedro Orthusteguy, presidente de la Asociación de Fiscales, quien asegura que “todos los días se realizan audiencias de preparación y en algunos casos se excluyen pruebas, en otros no y eso no genera mayor controversia porque así funciona el sistema. Sin embargo evidentemente en los casos de mayor notoriedad y cuando se produce una exclusión importante de pruebas eso llama la atención”. En el caso Neimeyer “no se ha determinado que se haya incurrido en errores”, sostiene.
El proceso de jornadas preparatorias ya se dio por concluido, el juicio oral se espera para la segunda quincena de noviembre y el décimo tercer juzgado de garantía resolvió mantener a Niemeyer en prisión preventiva, la que cumple en la Cárcel de Alta Seguridad. Una resolución que será estudiada por el equipo jurídico defensor que evaluará una eventual apelación, pues según Román, “la magistrado dijo que no estarían en presencia de un delito terrorista y que las otras tres acusaciones de fabricación son vagas e infundadas. Por tanto, no concurre la necesidad de cautela”.