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Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Entrevista:

Boric comienza a despedirse de la FECH

En esta conversación, el presidente de la principal federación estudiantil del país defiende su gestión, admite las tensiones con la CUT y el Colegio de Profesores, habla de la relación con la FEUC y cuestiona las alianzas del PC y la Concertación. “Faltaron cosas, pero me deja tranquilo saber que los que vienen son mejores que los que nos vamos”, dice.

Rodrigo Alarcón L.

  Sábado 3 de noviembre 2012 9:00 hrs. 
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-¿Cuál es el balance de tu gestión en la FECH? ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades?

Fue un año muy intenso en donde teníamos un tremendo desafío, que era mantener abierto el conflicto educacional y, como Federación, seguir siendo actores relevantes a la hora de debatir las políticas públicas. No solo de educación, sino que de los temas políticos en Chile. Creo que eso se consiguió, pese a que asumimos en condiciones difíciles, con un movimiento que venía de movilizaciones muy intensas de más de siete meses. Logramos mantener el conflicto abierto y eso es mérito no solo de las dirigencias, sino también de todos los estudiantes.

Además se mejoró mucho en ampliar las espaldas del movimiento estudiantil, con la incorporación de federaciones de universidades privadas al Confech. Entre ellas, la Pedro de Valdivia sede Antofagasta, la Universidad de Las Américas sede Concepción, la Universidad Alberto Hurtado, la Diego Portales, la Santo Tomás. Eso nos permite una visión más comprensiva de la crisis de la educación superior en Chile. Además, se mejoraron muchísimo las relaciones con los estudiantes secundarios, que el año pasado terminaron muy quebradas. Pese a que mantenemos diferencias, logramos convocar todas las movilizaciones en conjunto, redactar un petitorio con los compañeros de la ACES y de la Cones y eso es producto de un trabajo de hormiga que muchas veces no se ve en el ámbito público, pero que es valorable.

Hay dos temas que son fundamentales como desafíos para el próximo año. Uno es la incorporación de compañeros que estudian en centros de formación técnica e institutos profesionales a la organización estudiantil. Son parte importante de la matrícula de educación superior, del proyecto de desarrollo de Chile, y han sido grandes ausentes en el debate, precisamente porque sus instituciones les impiden la organización. Otro tema a mejorar es que, si bien seguimos teniendo un alto respaldo de la ciudadanía en cuanto a nuestras demandas de fondo, ha habido un desencanto respecto de las formas en que hemos decidido movilizarnos. Las nuevas dirigencias van a tener el tremendo desafío de seguir convocando a la ciudadanía, que es la que nos ha entregado su apoyo.

­-Uno de tus planteamientos al llegar a la FECH era la necesidad de articularse con trabajadores y otros sectores sociales para ampliar las demandas. ¿Se logró ese objetivo?

Se avanzó en esa dirección, es un trabajo cuyos frutos se van a notar en el mediano plazo. Uno de los grandes desafíos que nos pusimos fue colaborar humildemente con la rearticulación del tejido social y hemos realizado muchas actividades en esa dirección. En la FECH estamos haciendo una escuela político sindical para trabajadores, donde están asistiendo dirigentes de diferentes rubros, que ayuda a potenciar el vínculo entre la organización estudiantil y la clase trabajadora. También tuvimos reuniones con muchísimos sindicatos: trabajadores del cobre, pesqueros, textiles, de manufacturas, del retail.

Ahora, efectivamente tuvimos un problema. Teníamos una visión crítica de la conducción del Colegio de Profesores y de la CUT anterior, en particular, de Jaime Gajardo y Arturo Martínez. En forma consciente decidimos, a diferencia de la FECH del año pasado conducida por el PC, mantener una relativa distancia, sin que sea un quiebre. Sobre todo con la conducción de Arturo Martínez en la CUT, porque nos parecía que no representaba los intereses de la clase trabajadora. Creemos que fue una decisión correcta en su momento, porque veíamos cómo los mismos trabajadores de base no se sentían representados por esta organización sindical.

Independiente de las dirigencias, igual realizamos un trabajo conjunto, presentamos nuestras demandas y fuimos al ministerio en conjunto.

– En las actuales elecciones de la FECH, los Estudiantes de Izquierda han cuestionado que al movimiento le faltó conducción y una dirección clara. Y desde la lista F “Unidad” plantearon que la FECH perdió protagonismo ante la FEUC. ¿Qué respondes a esas críticas?

Sobre la falta de conducción, es un alegato en el intento de recuperar la conducción de las distintas federaciones, por parte del PC y la Concertación. El año pasado les fue muy mal porque precisamente se criticó mucho el rol que jugaron y la estrategia nacional del PC, que es una alianza directa con la Concertación, en la que apuestan por un gobierno cuya candidata seguramente será Michelle Bachelet. Están apostando a estas críticas para tratar de revertir esa imagen, pero no nos sentimos tan tocados por eso. Tenemos siempre que hacer autocrítica, pero la conducción fue bastante clara: apostamos por amplitud de movimientos sociales, profundizamos las demandas, mejoramos las relaciones con las regiones y secundarios y se logró la inclusión de las privadas. También hubo un trabajo más acabado de cara a la Ley de Presupuesto. Me parece una crítica injusta y propia de la elección.

Sobre lo segundo, con la FEUC no estamos en competencia por quién sale más en la prensa. Ambas federaciones cumplieron un rol importante y es cosa de revisar la prensa del año para ver que la FECH tuvo presencia importante, no solo en los medios, sino en el debate público nacional. Me siento conforme con lo realizado en esa dirección.

Los estudiantes han hecho una serie de propuestas y el Gobierno ha presentado diferentes proyectos, pero da la impresión de que van por carriles distintos sin encontrarse nunca. ¿Qué impresión te deja esa relación?

No ha habido una buena relación con el Gobierno, que ha mantenido una postura ideológica muy intransigente. Siguen teniendo muy claro que estamos en veredas distintas, en el sentido que nosotros apostamos a la educación como un derecho y ellos la siguen viendo como bien de consumo. Hace poco hablaba con parlamentarios de derecha sobre el tema de educación y me decían “ustedes nos ganaron el siglo XIX, pero no vamos a permitir que nos ganen ahora”. Esto va a ser una pelea de largo plazo, tenemos que ser muy claros en nuestras convicciones para mantener el conflicto abierto y finalmente ir fortaleciendo la educación pública, entendiéndola como un derecho, que es el gran objetivo del movimiento. El Gobierno fue muy cerrado, tuvo una agenda muy ofensiva, sin embargo, logramos detener esa agenda tanto en el Parlamento como con la movilización. De cara a las presidenciales, el conflicto sigue abierto y el movimiento sigue siendo actor relevante, que va a tener incidencia política.

-En un año de elecciones como 2013, ¿cuál debería ser el camino a seguir para mantener vivo el movimiento?

Las elecciones de la FECH este año van a estar marcadas por el siguiente clivaje: quiénes apuestan por construir una alternativa de izquierda que no permita que nuestras demandas sean cooptadas por una Concertación que, permanentemente, ha demostrado no estar junto al movimiento estudiantil; y quiénes han optado por comprar pasajes para ese Titanic y reoxigenar una Concertación 2.0. En particular, me refiero a la lista de Estudiantes de Izquierda, quienes van con la Concertación, seguramente a nivel parlamentario también, y ya están hablando de un gobierno de nuevo tipo.

También tenemos que entender que más allá de las diferencias, éstas no pueden obnubilarnos y que las peleas nos coman en la interna, siendo que tenemos un adversario común. Por lo tanto, tenemos que unirnos en esa tarea, independiente de las diferencias en el corto plazo.

-Al finalizar tu gestión, ¿quedas conforme?

Ha sido una Federación de mucho trabajo, muy honesta, que cumplió con el principal objetivo: mantener el conflicto abierto y profundizar las demandas con una estrategia clara.

Sin duda faltaron cosas y queda mucho por aprender. Uno tiene que ser humilde, pero lo que me deja tranquilo es saber que los que vienen son mejores que los que nos vamos. El movimiento va a seguir muy potente, este año fue de maduración y el próximo habrá una emergencia que le va a dar mucha fuerza a los estudiantes, a lo largo de todo Chile.

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