Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 23 de abril de 2024


Escritorio

Peligro para la sociedad

Columna de opinión por Loreto Soto
Sábado 24 de noviembre 2012 16:22 hrs.


Compartir en

Con mucha expectación se siguió esta semana la audiencia de formalización de  las 16 personas acusadas de participar en una red de explotación sexual infantil. El caso adquirió mayor notoriedad porque se vieron involucrados personajes como el ex productor musical de TVN Jaime Román; el creador de la famosa tira cómica Barrabases, Guido Vallejos; el ex candidato DC a la alcaldía de Renca, Diego Méndez y el empresario hijo iluste de San Felipe, Enrique Manzur.

Después de dos largas jornadas de formalización, el juez del 11° Juzgado de Garantía, Leandro Varas, dictaminó la prisión preventiva de los imputados por considerarlos un “peligro para la sociedad”.

Diversos análisis psicológicos han demostrado que este tipo de delitos no se explican tan sólo por alguna perversión en la psiquis de quienes los comenten, sino que más bien están relacionados con el poder que ejercen sobre sus víctimas. Lo mismo pasaría con violadores y femicidas.

Un abuso de poder que va más allá del mero acto de pedofilia y de los atropellos a la infancia que, de por sí ya es una vulnerabilidad. Estos hechos indignan porque se extienden hacia la condición de pobreza de las víctimas, dañando aún más la parte más desprotegida de nuestro tejido social.  Al parecer, no basta que estos niños y niñas  vivan con el estigma de ser pobres, sino que además tendrán que arrastrar el yugo de saberse y que los sepan abusados sexualmente.

Por lo mismo, el anuncio sobre las rebajas de condenas a Claudio Spiniak y al “cura Tato” avergonzó al mismo ministro de Justicia, quien indicó que con el “dolor de su corazón” y siendo consciente de la posibilidad de reincidencia, los beneficios que otorga la ley a sus convictos de “comportamiento ejemplar” deben ser cumplidos.

Produce estupor pensar que estos “connotados ciudadanos” pronto estarán de vuelta en nuestras calles topándose quizás con los mismos hijos de quienes abusaron.

Y aunque cada vez que estos casos estallan los chilenos nos tapamos la boca con las manos, no sería de extrañar que en unos cuantos años más conozcamos nuevas redes integradas por otros ilustres. Porque el verdadero peligro para nuestra sociedad es esta descarnada naturalización del abuso, que se ve reflejado en la represión que le da el Estado a sus estudiantes, en las estafas de las grandes empresas a sus clientes, en los golpes de los hombres a sus esposas y en el desprecio hacia los más vulnerables.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.