Si bien el Ejecutivo y, en particular, el Ministerio de Desarrollo Social, celebraron el descenso de la pobreza y el desempleo en Chile, cifrando la tasa nacional en 14,4 y 6,5 puntos porcentuales respectivamente, la Fundación Sol y la Red de Territorios Ciudadanos acusan una fuerte concentración de estos flagelos en regiones, además del invisible pero decidor vínculo entre la participación político-social y la desigualdad en el país.
Las diferentes coordinadoras regionales coincidieron en que la planificación local y la participación ciudadana son las herramientas más consistentes para generar políticas públicas, por lo que instaron a los distintos candidatos presidenciales y parlamentarios a tomar en cuenta el análisis para incidir en el debate, de cara a las próximas elecciones de 2013.
Alexander Páez, investigador de la Fundación Sol, recalcó la importancia de analizar las cifras oficiales, desde un punto de vista integral, entendiendo que si bien la pobreza enunciada por el Gobierno puede precisar ciertos resultados, sus criterios no son lo suficientemente eficientes para establecer un panorama real.
En ese sentido, el estudio propuso la “Tasa de Desempleo Integral”, un nuevo indicador para medir la pobreza y que no sólo se enfoca en el número de ocupados, sino que en la calidad de dicha ocupación, que en un contexto país, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el 52,4 por ciento del empleo es externo, es decir subcontratado y con alta inestabilidad laboral y previsional.
“Es muy importante la participación ciudadana en la asignación de recursos e información, porque eso repercute en acceso a oportunidades y calidad de empleo. Lo que intenta este índice es establecer la real ocupación, entender que entre los ocupados hay un grupo endeble en el mercado laboral activo”, indicó.
El estudio fue realizado en conjunto con la ciudadanía, en distintas regiones y asambleas, por lo que según Claudia Bustamante, vocera de ‘Nueva Región de Los Ríos Cómo Vamos’, “la riqueza del análisis radicó en cómo se abordaron diversos aspectos de políticas públicas desde la mirada local”, una situación que contrasta con los paradigmas santiaguinos y que permite apreciar y dar soluciones a los problemas específicos de cada localidad, pero que por un contexto centralista, suelen repetirse a lo largo de Chile.
“Bajo una metodología de construcción de indicadores de calidad de vida salieron estos temas de forma común, en términos de desigualdad y pobreza. Y lo que emerge de instancias ciudadanas es distinto a lo que vemos desde el nivel central o el computador”. Sostuvo.
Patricia Beltrán, directora de Nuestro Valparaíso, recalcó la importancia de avanzar en leyes 19.175 y 20.500, relativas a participación ciudadana y Gobierno y Administración Local.
De esa manera, la directora de Nuestro Valparaíso sostuvo que la iniciativa de Voto Programático deberá ser abordada como una exigencia perentoria por parte de los postulantes a cargos de elección popular, e instó al poder legislativo a que extienda el debate incluso para altos mandos, propendiendo a una óptima fiscalización ciudadana y hasta el Referendo Revocatorio en los casos que lo ameriten.
“Particularmente ahora en las elecciones municipales impulsamos el voto programático, para que tengamos una ley que obligue a los candidatos a presentar programas. Es una herramienta necesaria para los aspirantes al Parlamento o la Presidencia”, destacó Beltrán.
El estudio “Pobreza, Desigualdad y Descentralización”, realizado por la Red de Territorios Ciudadanos junto a la Fundación Sol, concluyó que para enfrentar la desigualdad en Chile, sobre todo en sus regiones y comunas, es prioritario fomentar la participación ciudadana e incidencia en las políticas públicas acerca de la distribución de los recursos y acceso a la información, ya que la desigualdad económica y social tiene su matriz en la condiciones productivas de una zona, pero también en el carácter reproductivo de las generaciones que allí se anidan, agudizando y naturalizando la inequidad.