El 2013 ha sido leído por todos los actores de la Educación como un año crucial para proponer y generar cambios, debido a las elecciones presidenciales y parlamentarias con miras al 2014.
Mientras para el oficialismo se presenta como la última oportunidad que tiene la administración Piñera para resolver los conflictos heredados y los generados durante el período; para el movimiento Estudiantil representa el año para presionar a las autoridades.
Así lo señaló Jesús Redondo, director del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (OPECH), quien recalcó que “los proyectos emanados desde el Ejecutivo en materia educacional puede que se tarden más de lo estimado”, básicamente por el conducto regular legislativo al que deberán ser sometidos.
En esa línea, Redondo denunció que “los despropósitos en temas de Educación han llegado a un límite de la saturación”, por lo que sumar retrasos en este sentido, podría ser clave para enardecer el descontento creciente de los estudiantes. .
“No tengo muy claro el destino que vaya tener la nueva Agencia de Calidad, porque eso tiene que pasar por el Parlamento y analizado en su mérito para ver si se está poniendo un parche o se está haciendo realmente una reforma a la altura de lo que se necesita. Hasta ahora, lo que hemos visto es que están resolviendo con parches temas que no dan más. Eso puede generar aumento de la conflictividad y puede que no se llegue a aprobar un cambio en la agencia de acreditación”, explicó el director Opech.
Asimismo, Francisca Quiroga, analista política del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile (INAP), hizo hincapié en que aunque durante este año de elecciones “las figuras políticas tratarán de establecer distintos canales de comunicación con los movimientos sociales, en muchos casos “solo serán figurativos”.
Respecto de las candidaturas, la experta recalcó que en materia de Educación “ninguno de los postulantes, tanto presidenciales como parlamentarios, ha dado a conocer su postura”, por lo que la oportunidad de amarrar las exigencias que se han levantado respecto a la educación pública como un derecho estará en manos del movimiento estudiantil.
“Ya han demostrado que pueden incluir e instalar temas en la agenda publica. Inclusive tópicos que no estaban considerados ellos han sido capaces de colocarlos en el debate. Va a ser un año donde se van a generar ventanas de oportunidad para que ciertos movimientos sociales, que tengan estrategias claves, puedan generar alianzas que estén vinculadas con la toma de decisiones. Las movilizaciones debieran tener un papel fundamental en seguir generando presión, van a tener un rol de mayor fiscalización, considerando la visibilidad pública que van a tener”, agregó la analista de INAP.
Desde el movimiento estudiantil, el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), y miembro de la Confech, Andrés Fielbaum, señaló que “vamos a exigir una coherencia entre lo que se diga y lo que se haga”, pues “inevitablemente, parte de la discusión se centra en aspectos programáticos, qué es lo que los candidatos proponen frente a las demandas del movimiento estudiantil”
Asimismo, Fielbaum indicó que durante el 2013 las molizaciones se desarrollarán con alta intensidad y convocatoria, afirmando también que “vamos a tener una posibilidad bien grande de que varias universidades privadas vayan siguiendo el camino de la Universidad del Mar, porque hay varias que están siendo investigadas y nosotros vamos a estar ahí, defendiendo con mucha fuerza que la educación pública tiene que ser la solución, con una mirada de más mediano y largo plazo”, indicó.
De esta manera, según los actores de la Educación, el 2013 pareciera cumplir con todos los requisitos para exigir cambios ad portas del proceso eleccionario,, por lo que desde el estudiantado sostuvieron que condicionarán a todos los postulantes a cargos públicos a comprometerse con las propuestas que los estudiantes chilenos han exigido durante los últimos años, pero que en caso de seguir enfrentando intransigencia, actuarán con mayor radicalidad.