Venezuela y Petrocaribe: Sobre alianzas y subvenciones

La enfermedad del presidente Hugo Chávez Frías no sólo trae consecuencias al interior del país llanero, sino que preocupación e incertidumbre en una veintena de países de Sudamérica, América Central y el Caribe que han desarrollado una fuerte dependencia en materia hidrocarburífera de la administración chavista bajo el marco de la organización denominada Petrocaribe.

La enfermedad del presidente Hugo Chávez Frías no sólo trae consecuencias al interior del país llanero, sino que preocupación e incertidumbre en una veintena de países de Sudamérica, América Central y el Caribe que han desarrollado una fuerte dependencia en materia hidrocarburífera de la administración chavista bajo el marco de la organización denominada Petrocaribe.

Petrocaribe nace el año 2005 en la ciudad de Puerto la Cruz, Venezuela, dentro del Primer Encuentro Energético de jefes de Estado y de Gobierno del Caribe. El acuerdo se suscribió, originalmente, con 14 países. Es una organización regional, que nace bajo la preocupación  de lo que se vislumbraba como una tendencia mundial “la marginación de los países del Tercer Mundo por las prácticas y políticas llevadas a cabo por los países industrializados” que obligaba a los países dependientes a buscar caminos de suministro energético más seguros.

En la actualidad, bajo el paraguas de Petrocaribe una veintena de países de América del Sur, Central y del Caribe reciben energía barata y bajo condiciones comerciales de intercambio enormemente ventajosas de parte del gobierno de Venezuela. En cambio, para el presidente de uno de los países beneficiarios de los acuerdos de Petrocaribe, el mandatario dominicano Leonel Fernández  “esta iniciativa impulsada por el Comandante Chávez, que no se rige por las directrices rapaces del capitalismo, está dando una gran lección al mundo de que frente a la especulación, frente a la avaricia y frente a la búsqueda insaciable de la riqueza también puede prevalecer la solidaridad y la generosidad”.

Efectivamente, más allá de consideraciones de entrega del oro negro a precios subsidiados, se signan proyectos sociales en diversas  áreas: salud, educación, vivienda, medio ambiente, infraestructura, deporte, proyectos agrícolas y turismo entre otros cuyo financiamiento proviene del Fondo ALBA – Caribe, creado ex profeso para estos fines.  A tal grado de importancia ha llegado este financiamiento, como la influencia de Petrocaribe y lógicamente Caracas en impulsar esta asociación regional, que en la V Cumbre de la organización, celebrada en   Junio del 2008 en Maracaibo, el presidente Chávez propuso la creación de Petroalimentos, cuya orgánica contempló la conformación de un Consejo permanente de Ministros de Agricultura con la tarea de establecer líneas de acción e iniciativas concretas bajo la idea de “construir seguridad y soberanía alimentaria regional”.

El actuar regional de Venezuela, la creación de Petrocaribe, la ideología que subyace a esta conducta basada en solidaridad y subvención a la venta de energía a países más débiles, pero también la ampliación a otras áreas, ha recibido las críticas de países como Estados Unidos y de la oposición venezolana que ve en ello una conducta del gobierno chavista encaminado a “influir en el concierto regional vía la entrega de una riqueza de enorme influencia como el petróleo, regalando para ello las riquezas nacionales”. Para la oposición venezolana, agrupada en la Mesa de Unidad Democrática, ante la posibilidad de ocupar el gobierno – si logran vencer al incombustible Chávez – revisarán estos acuerdos considerados lesivos para la soberanía y el interés nacional y destinado sólo a construir influencia políticas y comprara apoyo a un gobierno empeñado en ayudar a otros y no solucionar los problemas de su propia sociedad”.

A pesar de las críticas y la demonización de esta idea de integración – acusando a Chávez de querer influir políticamente en América Latina bajo la diplomacia de los petrodólares – el gobierno de Venezuela, con sus distintos nombres y tendencias ha afirmado que dicha iniciativa de intercambio seguirá siendo parte de su política  internacional. Esto, al contrario de la oposición, que por boca de su líder Henrique Capriles ha señalado que si triunfan en las próximas elecciones revisarán esos acuerdos bajo la creencia que son lesivos para la sociedad venezolana. Ya Capriles ha anticipado que cerrará la llave que abastece a Nicaragua y otros Estados Caribeños “con tantas necesidades insatisfechas, Venezuela debe poner fin al derroche y dedicar las energías a mejorar la suerte de los venezolanos.

El Petróleo como arma política

PetroCaribe es una iniciativa solidaria, más allá de las conveniencias políticas o de influencia que determinado gobierno, en este caso el venezolano puede generar. Es indudable que esa influencia es parte del actuar del gobierno bolivariano pero ¿quién no? ¿Qué gobierno que posee determinada riqueza o influencia en materia económica, militar o política no trata de ejercer esa influencia en su entorno y más allá? En el caso de Venezuela se ha tratado de mostrar un gobierno hegemónico, en disputa con Estados Unidos o tratando de disputar el liderazgo a países como Brasil en el concierto latinoamericano pero…las cifras son elocuentes. 18 países de América Latina reciben petróleo subsidiado que de otro modo significarían un enorme desembolso para sus débiles economías.

Efectivamente, sacando del centro del análisis el tema de las “ganancias políticas” de tal iniciativa política estratégica para un gobierno como el chavista que busca claramente protagonismo e influencia regional,  es claro que bajo las premisas de un comercio más justo, la complementación económica, es decir un intercambio de productos deficitarios en Venezuela o por prestaciones profesionales que son también débiles en el país llanero, los países miembros de Petrocaribe reciben petróleo a precios convenientes y que no afectan en demasía sus escuálidos fondos. Los países que integran Petrocaribe son Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucía, Surinam y Venezuela.

El periodista brasileño Pablo Uchoa, en un interesante artículo publicado por BBC Mundo señala que “producto de la enfermedad de Chávez muchos países de la región tienen sus propias y urgentes razones para monitorear día a día la salud del presidente venezolano… de Jamaica a Nicaragüa, desde la República Dominicana a Uruguay y sobre todo en Cuba, decena de países vulnerables, que se benefician de acuerdos petroleros favorables vía Petrocaribe, ven con temor el futuro de Venezuela sin el líder que promovió la idea de la “solidaridad económica” entre vecinos”

Uchoa consigna una cifra que ilumina el por qué de la importancia del acuerdo de integración promovido por Chávez “Según el Banco Mundial, los países del Caribe gastan aproximadamente el 13% de su PIB en la compra de Petróleo. Sin la ayuda venezolana, esos países no tendrían más remedio que recurrir al mercado de materias primas, donde los precios son mucho más altos y volátiles…no es de extrañar, entonces, que después de una reunión en Caracas celebrada a mediados del mes de Enero, los países del Alba y Petrocaribe emitieran un comunicado expresando su solidaridad plena y absoluta con Chávez e instando el respeto por la decisión de la Corte Suprema que pospuso la toma de posesión de Chávez a una fecha indefinida”.

Para críticos de Petrocaribe, como el ex Embajador de Estados Unidos en Venezuela, Charles Shapiro “los acuerdos están en peligro con Chávez o sin él. Esto, pues Venezuela se acerca a una crisis económica y tarde o temprano el gobierno tendrá que hacer algunos ajustes”. Para estados unidos, la política de Chávez va encaminada a “comprar apoyos políticos vía la abultada chequera que los altos precios del petróleo le otorga a Venezuela”. Extraña lógica la de Estados Unidos, viniendo de un país que suele aplicar también tácticas menos visibles para comprar apoyos políticos, mentes, gobiernos, países e influir de manera tal que se cumplan sus deseos y aspiraciones políticas, económicas, militares o geoestratégicas. Sin dudar en usar la fuerza sino sirven esos mecanismos. Hasta ahora el uso de la fuerza no ha sido resorte del gobierno bolivariano.

Tenga que hacer ajustes o no, como en general lo hacen la mayoría de las naciones sujeta a los avatares de relaciones internacionales complejas, Venezuela y Petrocaribe parecen afianzar un modelo de desarrollo regional distinto y al cual se suman más naciones latinoamericanas, tengan o no afinidad ideológica con el proceso bolivariano. Indudablemente Ecuador, Bolivia, Nicaragua son países cuyos gobiernos comparten líneas políticas de estrecha cercanía pero otros, con intereses distintos también son socio de caracas y reciben las ventajas de esta asociación.

Frente a la interrogante  ¿representa Petrocaribe un acuerdo desventajoso para  Venezuela? El gobierno chavista, a través de todos sus altos cargos ha señalado que en modo alguno esta iniciativa resulta desventajosa. Primero, porque el país en materia de política exterior, ha ganado presencia en un espacio que le es natural, no sólo pos aspectos geográficos, sino por cercanía cultural e histórica que unen a los pueblos latinoamericanos. La filosofía política que subyace en este trabajo impulsado por Petrocaribe es no ceder espacios a “transnacionales y los intermediarios, quienes hicieron de esta región un “mercado premium”, pues al dominar todos los eslabones de la cadena de comercialización, eran quienes establecían las reglas y los precios” según lo señala la propia página de presentación de Petrocaribe.

Esta mirada y esta práctica tiene su lógica en la medida que con una de las mayores reservas de hidrocarburos del mundo, Venezuela y un gobierno interesado en influir política y económicamente en el ámbito regional, dará los pasos para concretar esta línea de trabajo en el ámbito exterior, planteando un nuevo paradigma “que tiende a rebatir las reglas mercantiles que regían el mercado energético regional e incentivando con solidaridad y sinceridad la recuperación y afianzamiento de la soberanía e independencia de los países.

Petrocaribe se inscribe dentro de una lógica y una estrategia geopolítica que aspira a la construcción de una región que sea un mercado abierto, parte de un mundo más pluripolar., que ayude a convertir a la región en un polo de desarrollo, un espacio económico abierto que se “enfrente” como bloque a otros bloques internacionales, independiente del tamaño que ellos tengan Y en ese sentido, el propio Chávez lo mencionó en más de una oportunidad, Petrocaribe será la punta de lanza para establecer alianzas estratégicas con otros países con economías fuertes o con riquezas que ejercen también influencia en su entorno: Rusia, China, Irán, entre otros.

Frente enfermedad de Chávez y la incógnita que resulta de no poder responder cuándo, cómo y de qué manera podrá sumir la primera magistratura o si definitivamente no lo hará  ¿Están en riesgo los precios subvencionados del petróleo venezolano para los países aliados del régimen bolivariano? Pregunta que también se hacen en la mayor de las Antillas visto los 116 mil barriles diarios de petróleo que han ayudado a sostener la economía cubana en cifras que se estiman en 3 mil millones de dólares incluso reabriendo refinerías como la “Camilo Cienfuegos” que se encontraba cerrada desde el colapso de la unión Soviética. Frente a este subsidio Cuba ha aportado con 40 mil médicos, maestros y otros profesionales, que han sido el soporte de las Misiones Bolivarianas. Esto, en una lógica que suele ser menospreciada y tildada de “relaciones perniciosas para la democracia en el  concierto latinoamericano”. Resulta risible el tratar de argumentar en contrario a estas tesis surgidas desde los despachos de Washington, Miami o desde las ofi9cinas del MUD

Frente a la interrogante en cuestión,  la respuesta menos compleja sería: depende. Manifestación que está lejos de nuestra pretensión de resolver esta duda pues, el análisis fino, los indicios políticos que muestran el actuar de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, las declaraciones de Adán Chávez y Elias Jaua, entre otros, más los pasos de mayor integración que se están dando muestran que Petrocaribe está más saludable que nunca. Y en ello poca importancia tiene el tratar de inventar el hilo negro respecto a sostener que tal creación muestra un afán protagónico del régimen chavista.  ¡Es así, es indiscutible! No tiene nada de genial el constatar esto.  Sostener lo contrario es pecar de ingenuo o hacernos comulgar con ruedas de carreta.

Lo importante es comprobar si ese ascendiente, usado por todo país y gobierno que tiene algo con que influir sobre otros realiza una labor de beneficio para las sociedades de los países beneficiarios de prebendas, subsidios o subvenciones. Y, hasta ahora las denominadas misiones venezolanas, el petróleo a bajo costo, las subvenciones en materia de energía, los plazos para su pago, los beneficios colaterales derivados de ese aporte muestran un saldo positivo. Ello concreta un camino de cooperación en el marco de un comercio justo, donde te pago el petróleo de una forma menos onerosa para mis finanzas o con productos que tengo en abundancia a un precio justo.

Petrocaribe representa un comercio distinto, que toma en cuenta las disparidades que existen entre las economías de 18 países con grados de desarrollo diferenciados y que al decir de presidente nicaragüense Daniel Ortega “no condiciona el diálogo, la cooperación ni la búsqueda conjunta de soluciones”. En ese plano, los precios subvencionados del petróleo venezolano a los países miembros de Petrocaribe no están en riesgo mientras Chávez o el chavismo y la ideología que subyace al régimen venezolano sigan en pié. Y visto el panorama político llanero, para ese cambio mucha agua debe correr por el Orinoco.





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