El ministro (s) del Trabajo, Bruno Baranda, junto a la directora (s) del Trabajo, Inés Viñuela, entregaron un balance laboral por el corte de agua en la Región Metropolitana.
Según las cifras, durante el fin de semana la Dirección del Trabajo fiscalizó 74 empresas, resultando suspendidas las faenas de 52 de ellas, lo que involucró a más de 1.200 trabajadores.
“La legislación exige que exista agua suficiente tanto para el desarrollo de labores propias como el cuidado e higiene de los trabajadores. Si se cumplen con esos parámetros, la empresa puede funcionar. A juicio de los fiscalizadores de la Dirección del Trabajo, 52 empresas no cumplían estas condiciones y por eso se decidió su suspensión”, señaló Baranda.
A juicio del Gobierno, en general hubo una oportuna reacción de muchas empresas que suspendieron sus faenas a propósito del déficit de agua y la oportuna fiscalización.
Consultado sobre la apertura de algunos centros comerciales en la capital, Baranda fue enfático en señalar que estos fueron fiscalizados: “Los que estuvieron funcionando contaban con agua. Hubo un caso concreto que tuvo que auto suspender su apertura a las 15 horas del día domingo. Otro tenía el baño de los aseadores sin agua y tuvieron que cerrar ese servicio y eso fue constado por los fiscalizadores”, explicó.
Baranda agregó que las empresas sorprendidas operando sin agua potable, además de ser suspendidas en el momento, están obligadas a pagar las horas cumplidas por sus trabajadores.