El último mensaje de Benedicto XVI y el futuro de la Iglesia Católica

Finalmente se materializó la renuncia del Benedicto XVI como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, que ahora declara “Sede Vacante” respecto a su máxima autoridad. En Chile, las reacciones ante su dimisión abren el debate respecto a la edad de jubilación y las lecciones que dejaron los escándalos que derivaron en la salida de Joseph Ratzinger.

Finalmente se materializó la renuncia del Benedicto XVI como Sumo Pontífice de la Iglesia Católica, que ahora declara “Sede Vacante” respecto a su máxima autoridad. En Chile, las reacciones ante su dimisión abren el debate respecto a la edad de jubilación y las lecciones que dejaron los escándalos que derivaron en la salida de Joseph Ratzinger.

El Papa Benedicto XVI oficializó su salida como principal autoridad de la Iglesia Católica. Una reunión con los cardenales y una aparición pública en Castel Gandolfo –donde residirá los próximos dos meses- fueron sus últimas actividades, en las que afirmó que no será “más un Pontífice, sino un peregrino”.

Con ello, Joseph Ratzinger se convierte en Papa Emérito, luego de ocho años a cargo de la Iglesia, marcados por denuncias de abusos sexuales y filtración de documentos que derivaron en su dimisión. Una decisión histórica, considerando que 1294 y 1415 son los últimos años en que se vivió una atípica renuncia como esta.

En Chile, las reacciones desde la Iglesia apuntaron el gesto de Ratzinger de dar un paso al costado, agobiado por estos escándalos. El vocero de la Conferencia Episcopal en Chile, Jaime Corio, enfatizó en el mensaje que destaca a Cristo como único líder: “En la Iglesia quien quiere ser el primer debe ser el último y ponerse al servicio de los demás. Esto lo ha recordado Benedicto XVI con su decisión, reconociendo sus limitaciones, de no estar en las condiciones físicas y espirituales que se requiere. Queda claro que es Cristo quien conduce esta barca, si hay algo que aferrarse es a Jesucristo y no al poder temporal o a las cuestiones que perecen rápido”.

Corio apuntó a los desafíos de la Iglesia Católica en América Latina, con especial énfasis en pueblos desplazados en la sociedad, como inmigrantes y pueblos indígenas.

“El primer deber no es enseñar doctrinas ni normas, sino estar a disposición de los demás como discípulo de Jesucristo. Hablamos de una iglesia acogedora interesada en el sufrimiento de los más desplazados en la sociedad. En América Latina pensamos en pueblos originarios, en comunidades de refugiados e inmigrantes, y en focos de pobreza y miseria que persisten en el continente”, declaró.

Eduardo Silva, decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Alberto Hurtado, recalcó en un gesto inédito de renunciar al papado, lo que a su juicio abre la discusión respecto al período de ejercicio de autoridades eclesiásticas.

“Es buena noticia para la Iglesia que deje de ser cargo de por vida, sino hasta tener las fuerzas para ejercer el cargo. Al igual que los obispos se les pide renunciar a los 75 años, esto abre una posibilidad para que el obispo de Roma haga lo mismo, que no puede sino ser beneficioso para la Iglesia”, indicó.

Respecto a los cambios que genera este episodio en la Iglesia Católica, Silva apuntó a las modificaciones nacidas a raíz de las denuncias por abusos sexuales y apunta negligencia en procedimientos que ocultaron estas prácticas ilícitas.

“La Iglesia ha aprendido con dolor a proceder de otra manera. Los errores de los obispos correspondían a un modo de proceder que no ponía delante a la víctima. Hemos aprendido que lo más importante es la víctima, y que cualquier abuso es insostenible. La víctima es lo primero, y hoy eso se pone por delante. Ha habido mucha negligencia en implementar los procedimientos mínimos de justicia para sancionar a los culpables. Lo anterior fue negligencia, falta de transparencia, fueron modos inadecuados”.

El cardenal Tarcisio Bertone, es el camarlengo que estará a cargo del Vaticano hasta la elección del nuevo Papa, un proceso que se ha proyectado que no será fácil ni corto.

Distintos análisis proyectan a diez cardenales entre los candidatos para suceder a Benedicto XVI, con los brasileños Odilio Scherer y João Braz de Aviz, junto al argentino Leonardo Sandri representando a América Latina, continente que adquiere especial protagonismo en este nuevo período.





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