Unos 60 sicólogos, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, auxiliares, técnicos paramédicos, siquiatras, neurólogos infantiles, nutricionistas, sicopedagogas, asistentes sociales y administrativos pertenecientes al del Servicio de Neuropsiquiatría Infantil se encuentran paralizados desde la mañana del miércoles.
Los funcionarios acordaron por unanimidad paralizar sus actividades y solo mantener turnos éticos y las hospitalizaciones realizadas antes de que se iniciara la movilización, con el fin de que las autoridades del hospital concreten las reparaciones prometidas luego del terremoto del 27 de febrero de 2010.
Los funcionarios han realizado manifestaciones en avenida Santa Rosa para llamar la atención sobre el problema, lo que generó la molestia del ministro de Salud, Jaime Mañalich, quien sostuvo que la movilización se debe al acuerdo firmado entre el Minsal, el ministerio de Hacienda y el Colegio Médico, para aumentar los especialistas de los servicios de urgencia.
El secretario de Estado calificó la primera manifestación como “extremadamente violenta” y aseguró que “no les gusta que dialoguemos y que lleguemos a acuerdos”.
De acuerdo a los trabajadores, el servicio realiza 36 mil atenciones ambulatorias y 1.600 hospitalizaciones anuales a niños y adolescentes de todo el país, las que deben desarrollarse en condiciones deficientes.
Patricia Parra, neuróloga infantil del servicio, explicó que luego del terremoto el servicio comenzó a atender en un casino abandonado del hospital y que los pacientes eran ubicados en colchonetas en el suelo, en lugar de camillas.
Se esperaba que la reconstrucción del servicio comenzara a inicios de este año, pero un informe de Contraloría fechado el 23 de enero rechazó el proyecto, sin que esto fuera informado a la jefatura del servicio.
En ese escenario, y luego de acercarse también al ministerio de Salud y de Hacienda, los funcionarios del servicio decidieron iniciar la movilización: “Hemos tenido mucha paciencia, hemos sido súper educados y correctos, pero ya no podemos seguir atendiendo en estas condiciones”, dijo Patricia Parra.
La especialista explicó que, por ejemplo, “los cubículos de atención no tienen puertas ni cortinas y están ubicados en un pasillo, entonces uno está atendiendo a un niño, lo desviste para su examen y todos los que pasan por fuera tienen acceso a mirarlo, sea guagua, prescolar o adolescente”.
“La gente también ha tenido mucha paciencia, dejan que los sigamos atendiendo así porque es su única alternativa para solucionar su problema”, agregó.
Los trabajadores del Servicio de Neuropsiquiatría Infantil han contado también con el apoyo de la Federación Nacional de Trabajadores de la Salud (Fenats).
La presidenta de la entidad en el hospital San Borja Arriarán, Myriam Suazo, sostuvo que los problemas se extienden también al resto del centro de salud: “Hasta este momento no ha habido reparación ni restauración de ningún edificio. Tenemos solo un informe técnico que tampoco está muy válido, porque quien lo hizo no tenía el título. Aparte de eso, tenemos todo el tema de las adquisiciones, se están haciendo demasiadas compras de servicios, todo se está comprando afuera del hospital y eso es un monto espantoso. Con datos más duros, tenemos un déficit de más de siete mil millones de pesos en el hospital. De hecho, tenemos compras detenidas y están recortando las horas extraordinarias de los funcionarios”, aseguró.
Según la dirigente, a esto se suman los problemas que afectan en general al sistema de salud pública, relacionados con la capacidad de atención y la falta de recursos para cubrir las necesidades de los pacientes.
Los trabajadores del Servicio de Neuropsiquiatría Infantil esperaban para este viernes que el director del hospital, Claudio Robles, visitara el lugar para conocer en detalle las condiciones en que éste se encuentra funcionando.