El movimiento estudiantil ya no se circunscribe solamente a la educación. Esa era la intuición que tenían dirigentes universitarios y secundarios y que se ratificó este jueves en la multitudinaria marcha nacional que repletó las calles de las principales ciudades del país.
Alumnos de liceos, universidades públicas y privadas, profesores, apoderados, representantes del mundo de los trabajadores, de la salud, organizaciones de derechos humanos, sindicatos bancarios, ambientalistas y todo tipo de entidades de la sociedad civil participaron de esta actividad que – como los mismos voceros aseguraron – demostró la fuerza que mantiene el movimiento social.
La portavoz de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES), Eloísa González, calificó la convocatoria como “exitosa, debido a la confluencia de diversos sectores movilizados, que identifican que el problema es uno y que no tiene que ver sólo con la educación, sino que con otras aristas de nuestros derechos fundamentales”.
En la misma línea, el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), Diego Vela, comentó que “lo que no se logra dentro del sistema educacional, es decir, estar todos juntos, se puede hacer en las calles”.
“Todos los chilenos, sin importar donde nacimos o cuánta plata tenemos, marchamos juntos para cambiar un sistema que nos tiene totalmente segregados y divididos en un país para ricos y para pobres. Hemos demostrado que el poder de la ciudadanía es el único posible para cambiar este modelo y terminar con la desigualdad que tenemos. Estamos en un momento donde, de una vez por todas, podemos cuestionarnos hacia dónde queremos llegar”, agregó Vela.
Una evaluación similar realizó el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Andrés Fielbaum, en entrevista con la tercera edición de Radioanálisis. En conversación con Felipe Pozo, el dirigente estudiantil indicó que “cuando decimos que la educación tiene que ser un derecho, lo hacemos porque entendemos que prefigura la sociedad en la que vivimos. Esto no se trata sólo la educación que recibimos sino que de las relaciones humanas que se forjan cuando nos educamos”.
“¿Qué actividad se realiza que no esté determinada por el tamaño de la billetera?” se preguntó Fielbaum, quien agregó que “quizás las únicas instancias donde somos capaces de mantenernos como iguales es en estas marchas”.
Por lo mismo, la presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, hizo un llamado a superar las diferencias dentro de los actores del movimiento social. “Creo que esta es una gran señal. Nosotros lo percibimos después del paro de los portuarios y de la Federación de Trabajadores del Cobre. Hay condiciones para avanzar en una gran movilización social que dé cuenta de que en un año electoral no sólo hay que escuchar a los partidos si no que a las organizaciones”.
En tanto, Matías Sagredo, vocero del Movimiento por una Asamblea Constituyente, afirmó que la única alternativa que tiene el pueblo chileno para cambiar la actual Carta Magna, es la unidad.
“La Concertación no se va a comprometer con un cambio de régimen a través de una Asamblea Constituyente. No va a cambiar el sistema y la única alternativa que tiene el pueblo chileno es unirse. Todos los sectores sociales, todos los movimientos y organizaciones conscientes de esta necesidad, tenemos que unirnos para trabajar por una Asamblea Constituyente”, afirmó Sagrego.
El presidente de la Confederación de Sindicatos Bancarios, Luis Mesina, por su parte, indicó que este movimiento no sólo busca reivindicaciones en el ámbito de la educación, sino que también en otros como el fin del actual sistema previsional.
“La demanda del estudiantado por una educación laica, gratuita y de calidad es compartida por todos los trabajadores chilenos. Pero a estas exigencias hay que ir sumando las del movimiento portuario, de los trabajadores del cobre y de los todos los chilenos que claman por terminar con las AFP y con el lucro en todas las instituciones del Estado”, precisó
.Esta confluencia de actores sociales fue valorada por el presidente de la FECH, quien señaló que pese a la multitudinaria afluencia, los movimientos todavía están dando los primeros pasos para prefigurar un pliego nacional “que permite concebir un Chile mucho más solidario, democrático, justo y, al final del día, mucho más feliz”.
Fielbaum comentó que “sea quien sea el que esté sentado en La Moneda el próximo año, si no está dispuesto a abrir las puertas para que las mayorías dictaminen las políticas a seguir, va a tener más movilizaciones”
En esa línea, el dirigente concluyó que “este año tiene que ser de movilizaciones porque si el movimiento social no es protagónico, entonces los candidatos van a echarse al bolsillo nuestras demandas cambiando todo su sentido”.
Foto portada: FECH