Según el gobierno estadounidense, entre 100 y 150 personas, como mínimo, han fallecido en ataques químicos en Siria llevados a cabo por el régimen contra los rebeldes. Entre las armas químicas que ha usado Assad está el gas sarín, en pequeña escala pero en múltiples ocasiones. Esos episodios cambian “la ecuación” del presidente Obama, reconoció la Casa Blanca.
En agosto de 2012, el presidente norteamericano alertó sobre el uso de este tipo de armas. Esto fue lo que recordó este jueves el portavoz de la presidencia estadounidense, Ben Rhodes: “El presidente ha dicho claramente que el uso de armas químicas, o la transferencia de armas químicas a grupos terroristas, es una línea roja para Estados Unidos”.
Por el momento, sin embargo, la administración Obama se muestra prudente. Rhodes dijo que “el presidente ha afirmado que el recurso a armas químicas cambia su ecuación, y éste es el caso”. Ante esta nueva situación, el gobierno estadounidense proporcionará “apoyo militar” a los rebeldes sirios pero no se precisó si esto implicaba la entrega de armas. Lo que sí aumentará en cambio es la ayuda no letal.
No se tomó en cambio ninguna decisión con respecto a una posible zona de exclusión aérea. Una opción que defiende en cambio el senador republicanp John McCain. En Washington, varios representantes de la oposición republicana reclaman una intervención más fuerte de parte de Estados Unidos. Varios diplomáticos reclaman bombardeos al menos contra las instalaciones aéreas del régimen.
Rhodes reconoció sin embargo que la implicación cada vez mayor en el conflicto de la milicia libanesa Hezbolá y de Irán, estrecho aliado de Siria, “ha añadido un elemento de urgencia” para pedir a Estados Unidos y sus socios una respuesta más enérgica a lo que está sucediendo.