Más 66.000 manifestantes marcharon en Belo Horizonte donde se registraron fuertes choques con la policía. Allí las protestas se iniciaron al margen del partido Japón-México por la Copa Confederaciones. Los manifestantes marcharon en dirección al estadio Mineirao, donde se produjeron fuertes disturbios. La policía trató de dispersar la protesta con gases lacrimógenos, según indicaron fuentes locales.
Como ha sucedido desde el inicio de las protestas, una gran parte de los manifestantes se pronunció contra la organización del Mundial de Fútbol Brasil 2014 y acusaron al gobierno de despilfarrar los recursos públicos para acoger este magno evento, mientras que el país tiene necesidades urgentes, entre ellas, mejor educación y salud.
“Estamos contra el mundial porque oculta los problemas del país” dijo uno de los manifestantes.
También en Salvador de Bahia (noroeste) hubo protestas coincidiendo con el encuentro entre Brasil e Italia.
“Sólo queremos que la misma cantidad de dinero que se gasta en la construcción de estadios para la Copa sea destinado a proyectos de salud y educación, la misma cantidad o más”, dijo Alexandre, un estudiante de 23 años.
De su lado, en la avenida Paulista, la más grande de Sao Paulo, se dieron cita unos 4.000 manifestantes contra la reforme constitucional 37, que prevé retirar de las fiscalías públicas el poder de investigación, lo que aumentará la impunidad, según los que participan en las protestas.
En esa inmensa ciudad, la capital económica de Brasil, el movimiento Pase Libre, que desató el movimiento de protestas contra el alza del precio del transporte, informó que mantendrá el llamado a protestar. Ese mismo movimiento había asegurado el viernes que cesarían las manifestaciones, denunciando una infiltración de elementos de extrema derecha en las protestas.
La erupción en las calles se mantuvo a pesar del mensaje dirigido al país el viernes por la presidente Dilma Rousseff, quien aseguró que escucharía “las voces de la calle”. La mandataria también propuso un pacto con las autoridades de todo el país para mejorar los servicios públicos y combatir la corrupción.