La vida de Mandela se apaga. Las últimas noticias hacen pensar que el desenlace se acelera. Aquejado de una infección pulmonar, el ex presidente de 94 años, en estado crítico desde el domingo, ya no es capaz de respirar por si solo. “Sí, utiliza máquinas para respirar… es triste, pero es todo lo que podemos hacer”, dijo Napilisi Mandela, jefe del clan de la región de Transkei, en el sur, al salir del hospital.
El presidente Zuma fue más lacónico en sus declaraciones tras visitar a Mandela y se limitó a decir que continúa en un “estado crítico”. Pero la noticia de la anulación del viaje a Mozambique del presidente ha hecho saltar todas las alarmas. Zuma debía viajar al país vecino este jueves y sin embargo se quedará en Pretoria.
En el exterior de la Mediclinic Heart Hospital, donde se encuentra ingresado se suceden las muestras de agradecimiento y afecto de los sudafricanos quienes esperan con resignación el anuncio de su muerte y no quieren perder la oportunidad de rendirle un último homenaje al héroe de la lucha contra el régimen racista de Sudáfrica e icono mundial de a reconciliación racial. El goteo incesante de visitas se sucede ante la atenta mirada de cientos de periodistas venidos de todo el mundo.